Arte — 1 de abril de 2024 at 00:00

Elegiré (La Raíz)

por

Elegire la Raiz

Cuando en 2017 la banda comunicó que el año siguiente sería el de la despedida, los seguidores de La Raíz nos sentimos un tanto hundidos. Nos quedaba la esperanza del título de la gira de despedida «Nos volveremos a ver», a través del cual se podía intuir que iba a ser un parón momentáneo.

Algunos componentes de La Raíz continuaron desarrollando sus facetas artísticas en distintos grupos (Valira, Nativa, Aya). Pablo Sánchez, compositor principal y uno de los genios del rock (pop, rock-rap, ska, reggae o como se quiera llamar), emprendió un nuevo proyecto que conocemos como Ciudad Jara, en el que dio muestra de su enorme talento.

Después de siete años de ausencia, celebramos con enorme alegría el anuncio de su regreso para este 2024 (curiosamente, coincide con la retirada de su hermano Panxo y la banda de pop-rap Zoo), aunque ya avisan que va a ser un reencuentro, una gira de varios conciertos y no algo duradero.

Hay muchas canciones de su discografía que son auténticos himnos, tanto por su calidad musical como por el contenido de sus letras. Sin embargo, he intentado eludir algunas que, aunque a nivel personal me parecen preciosas, inciden en temas políticos (totalmente respetables, por supuesto) que escapan un tanto de este espacio filosófico.

Perteneciente a su cuarto disco Así en el cielo como en la selva, Elegiré, a ritmo de reggae, triunfa en todos los directos, y su frase «Elegiré, elegiremos volar, volar» creo que es la clave del tema. Sin embargo, hasta llegar a esa conclusión hay momentos de canción protesta y reivindicativos en relación con la libertad de expresión y con la incipiente censura (estamos en 2013) que, por desgracia, ya apuntaba por el horizonte.

La senda está mala y hoy en día es difícil seguir recto,

lo único que puedo hacer es no tener secretos,

camino paso a paso y así se escriben los cuentos,

y el micro no es delito, es una forma de que no digan ni pío.

Precisamente, ellos defienden que el arte —en este caso la música— es una forma válida para expresarse ante los poderes que tratan de someternos, coartando nuestra libertad. Su música es rebeldía y protesta, aunque reconocen la dificultad de no caer en las manos de un mundo corrupto. Por ello, a pesar de que la senda está mala, hay que mantener la dignidad.

Hay gente con prisa que nos pisa,

pero quiero volar y escapar como Ícaro,

voy a mostrarte el mundo desde arriba,

voy a dotarte del arte de los pájaros.

Encontrar sentido a nuestra vida para no caer en los barros de la vulgaridad ha sido siempre una constante en la mayor parte de los filósofos. Dentro de la historia de la filosofía hay un personaje al cual Platón le dedica un diálogo, que es clave en el pensamiento griego presocrático.

Este filósofo es Parménides, y digo que es clave pues introduce el concepto de metafísica y se refiere a ella como lo que está detrás de la apariencia de las cosas. Explica Parménides que las cosas se componen de ser y apariencia. La apariencia de las cosas la captamos a través de nuestros sentidos, a través de las sensaciones; pero dice Parménides que esto no es real. Por ejemplo, cuando opinamos de los demás, nos basamos en lo que hemos visto, lo que hemos oído…, pero los sentidos son falibles y sujetos al error. Él diría que las apariencias no sirven para conocer a los seres humanos. Entre otras cosas porque muchas veces nosotros aparentamos lo que no somos: nos revestimos de máscaras

Niños con máscaras de almas adultas,

adultas almas que tras máscaras se ocultan.

El aporte de Parménides para no caer en el mundo de las apariencias sería desarrollar el Nous, un tipo de mente superior que escapa de los razonamientos lógicos y que está más relacionada con la intuición. El Nous es la capacidad de percibir la esencia de las cosas. Si no desarrollamos el Nous, no entenderemos la esencia de las cosas. De ahí el Conócete a ti mismo: si no nos conocemos a nosotros, no podemos conocer a los demás ni conocer la vida.

En las escuelas internas de la antigua Grecia, enseñaban a tomarse la vida como un guerrero, como aquel que se combate a sí mismo. Una forma de ser guerrero es no evadir la realidad tratando de escapar de nuestros miedos en lugar de enfrentarlos. Enfrentar el miedo tiene relación con vivir la vida como un desafío.

Otro concepto interesante que Parménides desarrolla es el de doxa, la opinión. Precisamente en nuestra sociedad está de moda opinar de todo. Nunca en la historia ha habido tantos «expertos». Los llamados «tertulianos» son capaces de hablar de cualquier tema que les proponga el presentador de turno. El problema es que muchas veces no somos conscientes de que quien opina no siempre sabe de lo que opina. Sin embargo, parece que hablan «sentando cátedra» y muchos espectadores u oyentes repiten sus opiniones como ciertas.

Parménides dice que nuestras opiniones no siempre son erróneas, pero no son verdaderas. No son plenamente conscientes, no están desligadas de influencias. Incluso aunque nuestra opinión esté acertada, al estar influenciada, no nos deja ver la verdad. Son opiniones contaminadas aun siendo ciertas. Por eso lo que él llama la vía de la opinión no sirve para llegar a la verdad.

La solución que plantea Parménides es la vía de la verdad, escapando de la apariencia de las cosas. Reconoce que no siempre sabemos lo que hay que hacer, pero una forma de acercarse a la vía de la verdad es ser conscientes de lo que no hay que hacer. Para lograr esto, debemos usar nuestra inteligencia para poder descubrir lo que está bien y lo que está mal.

Tal vez la verdad tenga relación con elegir volar huyendo de los barros de la vulgaridad. Escapar de la monotonía de una vida insulsa e intrascendente y atreverse a ser libres, a no tener cadenas que nos aten a las apariencias.

Yo elijo volar, elijo la vía de la verdad.

Etiquetas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish