Arte — 1 de septiembre de 2023 at 00:00

Te van a hacer cambiar (Arde Bogotá)

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Te van a hacer cambiar Arde Bogotá

Uno de los momentos en que más disfruto escuchando música es cuando viajo solo en mi automóvil. Amo conducir y también me apasiona la música. El problema es que, cuando viajo acompañado, debo adaptarme a los gustos de los que viajan conmigo, que no siempre coinciden con los míos. Además, el volumen del reproductor debe estar a un nivel que permita una conversación. Sin embargo, aquel caluroso martes de junio viajaba solo por el Maestrazgo de Castellón escuchando a un grupo de finales de los 60 y principios de los 70, llamado Creedence Clearwater Revival. Aunque son muy conocidos y tuvieron gran influencia en el rock posterior, es posible que los más jóvenes no los conozcan y es por eso por lo que recomiendo que los escuchen con calma.

Disfruté mucho durante el viaje con las hermosas melodías y la característica voz de John Fogerty hasta que, finalmente, dejé atrás los montañosos paisajes del interior de Castellón y, en el primer semáforo en el que me detuve al llegar a la ciudad, fui consciente de que mi viaje había concluido. Al bajar la ventanilla de mi vehículo, un sonido a gran volumen, totalmente opuesto a las guitarras de los californianos, atronaba desde el coche estacionado a mi lado. Rápidamente subí la ventanilla para no escuchar lo que más tarde supe (tras buscar en la web) que era un tema del popular Bad Bunny.

Soy consciente de que el rock no es la música mayoritaria hoy en día y que otros estilos musicales como el que populariza el antes mencionado artista apasionan a los jóvenes en la actualidad. No es mi intención demonizar ningún estilo musical. Es muy simple: para mí la música se divide en buena música y música «menos buena». Soy fiel a la buena música y detesto profundamente la que no me gusta.

Arde Bogotá es un grupo murciano de rock surgido en Cartagena en 2017 y pertenecen a lo que yo defino como buena música. Entre sus preferencias encontramos a Foo Fighters, Artic Monkeys e incluso Héroes del Silencio. Para los críticos son la banda de referencia del momento, con permiso de Viva Suecia, y están triunfando a pesar de su sonido basado en las guitarras. Ellos se definen con cierto orgullo como un grupo de rock y son conscientes de la dificultad de ser fieles a un estilo musical que algunos «sentencian» como muerto desde hace algún tiempo.

«Seguramente, el rock and roll no es la música mayoritaria ahora, no es lo mainstream, pero se mantiene y siempre se mantendrá, porque hay algo en ver a un tipo con una guitarra encima del escenario que no ocurre en ningún otro espectáculo o experiencia vital».

«No creemos que nosotros seamos un oasis; simplemente somos parte de los que siguen en la travesía del desierto. Siempre habrá nómadas y bereberes».

La canción que he escogido hoy pertenece al disco El tiempo y la actitud, de 2020, y refleja bastante acertadamente lo que representa el paso del tiempo y cómo la mentalidad de los seres humanos se va transmutando, va evolucionando a través de los cambios que vamos experimentando. Sin embargo, algo que es natural puede encerrar una serie de peligros de los cuales nos advierten los murcianos:

«Te van a hacer cambiar habla del paso del tiempo ligado al abandono de los ideales. El tiempo pasa, conocemos gente en nuestro camino, las circunstancias nos arrastran. Nos volvemos poco a poco más conformistas y nos sentimos menos capaces de cambiar el mundo».

Un ideal es una forma de vida; consistiría en ser fieles durante nuestra existencia a aquellas ideas que consideramos pilares esenciales de nuestro pensamiento. Los antiguos griegos nos recordaban que ser fiel a nuestro ideal de vida, a pesar de las circunstancias adversas y también de las favorables (tan peligrosas unas como otras), nos acerca al concepto que ellos expresaban como la Afrodita de oro. En la mitología griega, la Afrodita de oro o la eterna juventud vive en los corazones de los que nunca se rinden. Son los que se hacen preguntas y tratan de buscar respuestas a los grandes enigmas de la vida.

Sin embargo, como bien dice el tema de Arde Bogotá, lo que llamamos circunstancias, fundamentalmente dependen de nosotros mismos. Hace años escuché una enseñanza de un hombre sabio que decía que los seres humanos normalmente nos movemos entre dos polos, el de los recuerdos pasados y el de los proyectos futuros. Si seguimos teniendo proyectos, si nuestros sueños de juventud todavía viven en nosotros, significa que somos jóvenes de espíritu. Por el contrario, si solemos recurrir al pasado y solo vivimos de nuestros recuerdos pensando en lo que quisimos hacer y no pudimos, es que la Afrodita de oro nos ha abandonado.

A lo largo de la historia encontramos una contraposición entre idealismo y materialismo. Para el materialismo todo es materia y, por lo tanto, la conciencia es el resultado del azar. Para las ideologías materialistas el motor esencial que mueve a los seres humanos es la economía. Ya no se habla de héroes ni de grandes místicos: la búsqueda de la felicidad se relaciona sobre todo con el bienestar económico.

Para el idealismo hay algo más que la materia; el idealista piensa y lucha por un mundo mejor. Para ello el ser humano debe mejorarse y, al mejorarse a sí mismo, mejorará su entorno. La vida entonces tiene una finalidad, esa finalidad es mejorar el mundo.

Decía José Ingenieros (filósofo italoargentino de fines del siglo XIX y principios del XX):

«Lo único malo es carecer de ideales y esclavizarse a las contingencias de la vida práctica inmediata, renunciando a la posibilidad de la perfección moral».

Querido lector, no permitas que te hagan cambiar, sé fiel a ti mismo y sigue luchando por un mundo mejor que el que vives. Sé eternamente joven.

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