Filosofía — 30 de noviembre de 2019 at 23:00

Cuando los sueños se van, de Los Suaves

por

(Dedicado a un hombre sabio)

Algunos años atrás escuché en boca de un hombre sabio hablar de lo que es ser filósofo. Él afirmaba que todos los seres humanos somos filósofos; que las universidades no pueden hacer filósofos. Lo que sí pueden hacer es reconocer mediante un título una serie de conocimientos académicos. Pero, seguía diciendo, que la universidad no hace filósofos como no hace poetas o músicos. El filósofo es el que se enamora de la sabiduría, el que busca la profundidad de todas las cosas, es el eterno inquieto que se hace preguntas constantemente.

Desde este punto de vista, el ser filósofo está dentro de cada uno de nosotros. Sócrates diría que es simplemente cuestión de reencontrarse.

Es por eso por lo que, desde este espacio, que trata de unir la filosofía y el rock, me atrevo a filosofar sobre uno de mis grupos preferidos dentro del panorama hard rock español.

Después de casi treinta años de carretera y rock, el mítico Yosi, seguramente en una época no demasiado optimista, compone esta desgarradora letra llena de dolor y de impotencia:

Cómo se puede ser un soñador

en estos tiempos de hierro

en donde nada pasa, nada sucede,

nada se va y nada viene.

Pero, al mismo tiempo, encontramos un atisbo de esperanza:

Cómo es posible que el mundo sea esto,

cómo es posible que nadie te cuente y te diga

que son los sueños los que soportan la vida,

que no se puede seguir viviendo sin ellos.

Por eso, querido lector, me agarro a esa esperanza, y, aunque es evidente que los tiempos siguen siendo de hierro, nunca hay que dejar de tener sueños.

El hombre sabio del que te hablaba al principio decía que soñar es sentirse siempre inconformes. El filósofo es el que busca permanentemente un mundo mejor, no se conforma con el que tiene. Siempre va a querer más y mejor, y no solo para sí mismo, sino también para los demás.

Soñar también es alejarse de la vulgaridad de centrar nuestra vida exclusivamente en la búsqueda de lo material.

Soñar no es divagar, es ordenar nuestra mente y tratar de buscar y encontrar aquello que no tenemos. Es entonces cuando los sueños adquieren un gran poder: el poder de convertirse en realidad.

El filósofo sabe que es malo actuar sin pensar, pero ¿qué ocurre cuando pensamos y no actuamos?

¡No dejes que tus sueños se pierdan en el olvido!

¡Atrévete a vivirlos!

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