Ciencia — 1 de diciembre de 2022 at 00:00

El meteorito Winchcombe

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El meteorito Winchcombe

«Es preciso pensar que en todos los compuestos hay muchas y variadas cosas, así como semillas de todas las cosas, poseedoras de variadas formas, colores y sabores»

Anaxágoras de Clazómenas

 

Cómo los meteoritos carbonáceos pudieron transportar componentes de vida a la Tierra

Se atribuye a Anaxágoras la idea de que la materia de la que se formó en un principio todo cuanto existe estaba conformada por una suerte de composición de diminutas partículas, así como que «todas las cosas se hallaban en el todo». Por esta razón, la teoría de la panspermia ha tomado en esta idea del filósofo presocrático una parte de su fundamento para postular que la vida, presente en todo el universo, se ha distribuido a través suyo por medio, entre otras cosas, del polvo espacial, los cometas y los meteoritos, aunque de momento solamente tengamos constancia de dicha vida en el planeta que habitamos.

Algunos defensores de la panspermia, como el científico sueco Svante Arrhenius (galardonado en 1903 con el Nobel de química), han usado también, como Anaxágoras, el nombre de «semillas» para ilustrar que la vida llegó a la Tierra desde el espacio exterior.

Desde la antigua Grecia hasta nuestros días, ha sido necesario que avance el análisis químico de los objetos espaciales para descubrir que, en muchos de ellos, no solo hay materia inorgánica, sino también algunos de los elementos orgánicos que se consideran precursores de la vida. Uno de estos objetos es el meteorito Winchcombe.

Meteorito Winchcombe

Historia de un pequeño asteroide

El 28 de febrero de 2021, un impresionante bólido atravesó el firmamento de Reino Unido y fue a estrellarse en la localidad de Winchcombe. Los científicos lograron recuperar, en un estado prácticamente puro y sin contaminación terrestre, algo más de medio kilo de material.

Tras los primeros análisis, se determinó que se trataba de una condrita carbonácea, un tipo de meteoritos rocosos que no han pasado por procesos de fusión y que contienen agua y compuestos de carbono, incluidos los aminoácidos; dado que cuentan con la proporción de compuestos volátiles más alta que los hallados en otros meteoritos, se cree que se formaron en los lugares más alejados del Sol. Las investigaciones que se han realizado sobre las condritas carbonáceas han revelado características muy esclarecedoras sobre su posible papel en el origen de la vida. Según un artículo de Josep M. Trigo-Rodríguez, científico titular del Instituto de Ciencia del Espacio del CSIC, «sus minerales son capaces de sintetizar, en disolución acuosa y en presencia de formamida, compuestos orgánicos claves en la química prebiótica. Tales propiedades catalizadoras apuntan al papel fundamental de tales meteoritos en el origen de la vida en el universo y a la posible ubicuidad de la vida orgánica, incluso en nuestro sistema planetario».

Sin duda, la llegada a Winchcombe de aquel asteroide carbonoso supuso una enorme expectación en la comunidad científica, que, recientemente, ha dado a conocer algunos de los resultados de su estudio.

Por lo pronto, se cree que el meteorito se formó hace unos 4600 millones de años, en los albores del sistema solar, y tardó unos 300.000 años en culminar su viaje hasta la Tierra. Los componentes volátiles del meteorito Winchcombe están presentes también en el sistemas solar primitivo, y se le supone un papel relevante en la llegada de agua a nuestro planeta, ya que la composición de las moléculas de agua que se han analizado en él son muy similares a las que se encuentran en la Tierra. Según Ashley King, investigadora del Museo de Historia Natural de Reino Unido, «dado que la Tierra probablemente experimentó una acreción en seco, creemos que su agua procedió de asteroides o cometas que se formaron en las regiones frías y exteriores del sistema solar. Las composiciones similares del agua en Winchcombe y en la Tierra indican que los asteroides carbonáceos desempeñaron un papel importante en el suministro de agua».

Además del hallazgo de agua, el meteorito también ha revelado la presencia de materia orgánica con carbono y nitrógeno, incluyendo aminoácidos, moléculas fundamentales para la formación de la vida, por lo que esta sencilla roca contiene en su interior todos los ingredientes necesarios para «poner en marcha los océanos y la vida en la Tierra», dice King.

 

Vídeo del impacto del meteorito (https://www.youtube.com/watch?V=ukqnptxxhz0&t=9s)

 

Y también a otros planetas

Evidentemente, este tipo de meteoritos no bombardearon la Tierra en exclusiva, sino que muy probablemente llegaron a otros planetas del sistema solar, por lo que se cree que todos los planetas de nuestro sistema albergaron agua en algún momento de su desarrollo.

En este sentido, científicos como Ke Zhu y Martin Bizarro, del Instituto de Física del Globo de París, han publicado un trabajo en el que facilitan pruebas de que el aporte masivo de agua a Marte pudo llegar a través de las condritas carbonáceas. De hecho, del análisis de los isótopos de cromo de diversas muestras de meteoritos procedentes de Marte, se calculó que solo con que los meteoritos tuvieran un 10% de agua, habrían hecho llegar al planeta rojo suficiente líquido como para confirmar la existencia de un océano de unos 300 metros de profundidad. Y, ciertamente, la cantidad de agua que llegó a Marte fue suficiente como para que eso ocurriera.

 

Bibliografía

Agencia Sinc (artículo de Enrique Sacristán titulado Los meteoritos carbonáceos pudieron llevar agua y materia prebiótica a la Tierra y Marte).

National Geographic (artículo de Andrea Fischer titulado El misterio de Winchcombe, el meteorito de 300.000 años que contiene todos los componentes para la vida).

Tendencias 21 (artículo de Pablo Javier Piacente titulado Un meteorito de 4600 millones de años revela el origen de los océanos y la vida en la Tierra).

Astromía (artículo titulado Teoría de Panspermia).

Fragmentos presocráticos. De Tales a Demócrito. Introducción, traducción y notas de Alberto Bernabé. (2008) Alianza Editorial. Madrid.

Revista Meteoritos (artículo de José García titulado El meteorito Winchcombe) ISSN 2605-2946.

Investigación y ciencia (artículo de Josep M. Trigo-Rodríguez titulado Las condritas carbonáceas: catalizadoras del origen de la vida).

Wikipedia: Condritas carbonáceas.

Créditos de la imagen de portada: fragmento de 2 cm del meteorito Winchcombe /Trustees of the Natural History Museum, desde Agencia Sinc.

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