Filosofía — 31 de octubre de 2018 at 23:00

The Beatles: Revolution

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the beatles revolution

En febrero de 1968 los Beatles realizan su famoso viaje a la India. Por tanto, celebramos este año el 50 aniversario de ese viaje al Ashram de Rishikesh y la posterior aparición del mítico Álbum Blanco.

Para nuestra cita mensual con la filosofía dentro del rock, he escogido una de sus canciones más rockeras. Aunque la que aparece en el disco es una versión más lenta, recomiendo escuchar la que apareció como cara B en el single junto a Hey Jude.

https://www.youtube.com/watch?v=BGLGzRXY5Bw

Algunos han querido ver en el sonido de Revolution lo que poco tiempo después se llamó heavy metal. Comienza con un salvaje riff de guitarra de John seguido de un alarido de Paul.

Estamos en 1968 y John comenzaba a comprometerse con movimientos políticos y pacifistas Pese al engañoso título del tema, John Lennon afirmaba que la revolución no es rabia. En su letra daba a entender que las ideologías por sí solas no logran cambiar el mundo si no hay un auténtico cambio en nosotros mismos.

Dices que quieres una revolución.

Todos queremos cambiar el mundo,

pero cuando hablas de la destrucción,

sabes que no puedes contar conmigo.

Dices que tienes la solución real,

pero si quieres dinero para la gente con mentes que odian

lo único que puedo decirte, hermano, es que tendrás que esperar.

Mejor, libera tu mente.

Grandes revolucionarios de la historia como Confucio proponían la introducción de valores morales en la política. De tal modo, para Confucio el gobernante debía ser alguien de conducta intachable, altos valores morales y gran sentido de la justicia.

Casi cien años antes, Pitágoras produjo una verdadera revolución en Crotona y algunos de sus discípulos gobernaron las democracias de la época bajo ideales de armonía y virtud.

«Dioses sois y lo habéis olvidado» , exclamaba Platón hace más de dos mil años. El genial ateniense, a través de su mito de la caverna, nos muestra la triste condición del hombre que vive atrapado en un laberinto de sombras irreales que consumen su existencia. Ese ser humano, que confunde las sombras con lo real, no se atreve a romper sus cadenas y conseguir la libertad.

Por eso, al «liberar nuestra mente» podemos vislumbrar nuestra luz interior, que nos puede guiar fuera de la caverna de engaños en que vivimos.

¡Qué mayor revolución que la filosofía como forma de vida!

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