Ciencia — 31 de diciembre de 2019 at 23:00

Herschel y el descubrimiento de Urano

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William Herschel nació en Hannover, en 1738. Hijo de un músico militar, se dedicó primeramente a la música. Contemporáneo de W. A. Mozart, compuso veinticuatro sinfonías y numerosos conciertos, principalmente para oboe, su instrumento preferido, y sonatas para piano y órgano, pues ejerció como organista en Inglaterra. Se estableció en este país, donde adquirió un libro sobre astronomía que cambiaría su vocación hacia la «música de las esferas».

Con grandes habilidades manuales, se dedicó a construir sus propios telescopios. Estos instrumentos ópticos habían permitido a Galileo descubrir las lunas de Saturno, pero la lista de planetas visibles se limitaba a Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, más el planeta Tierra, pues ya en el siglo XVIII había un consenso mayoritario del sistema heliocéntrico, tras las tesis de Copérnico y Galileo, las leyes de Kepler y las observaciones más precisas de la paralaje de las estrellas.

Empezó a estudiar el pulido de espejos metálicos e instaló una pequeña fundición en el sótano de su casa. Experimentó con diferentes aleaciones metálicas, obteniendo los mejores resultados con el bronce. Fabricó un telescopio con un espejo esférico de unos 15 cm de diámetro, con los que en marzo de 1781 descubrió «una curiosa estrella difusa visiblemente más grande que el resto».

Posteriormente, se ha podido comprobar que varios astrónomos anteriores ya habían «descubierto» este planeta, pero lo habían catalogado como una estrella. De hecho, cuando Herschel lo empezó a estudiar, pensó que se trataba de un cometa. Sus constantes observaciones confirmaron que se trataba de un planeta.

Gracias a su tesón como observador astronómico, consiguió un puesto como astrónomo real en la corte del rey Jorge III de Inglaterra, llegó a crear su propio catálogo de estrellas y objetos del cielo y se convirtió en el mayor observador astronómico de la historia.

En cuanto a la denominación del planeta, en principio Herschel lo llamó «planeta Jorge», en honor del rey de Inglaterra, y los astrónomos franceses propusieron que tomara el nombre de su descubridor, «planeta Herschel». Al final, se impuso la tradición de acudir a la mitología griega. Si los nombres de los planetas anteriores eran Marte, Júpiter y Saturno, el nuevo planeta debía llamarse Urano, pues Marte era hijo de Júpiter, y este a su vez de Saturno, que era hijo de Urano.

Urano

Con el descubrimiento del nuevo planeta, el sistema solar se veía ampliado súbita y enormemente, pues Urano estaba situado al doble de distancia que Saturno respecto del Sol, comenzando así un afán por descubrir los límites de nuestro sistema solar.

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