Filosofía — 27 de diciembre de 2012 at 22:19

«La casa por el tejado», de Fito y Fitipaldis

por

Fito es un amigo. Es como un viejo compañero de colegio de todos nosotros, que pasó de ir a la universidad y consiguió el milagro de ganarse los garbanzos con algo que le apasionaba: el rock. Lo conocí en 2007, tocando en una pequeña sala con su anterior grupo, Platero y Tú. Recuerdo su generosidad y una electricidad cómplice que creó con el público.

Ahora es una estrella. Referente del rock ibérico, se cuela en nuestros corazones con sus letras simpáticas y juguetonas; y profundas, como “la casa por el tejado”. Chula y fácil de corear, todo un hit.

Veréis, Platón dice que los poetas son como sabios. Pero que su sabiduría es especial porque no es de ellos: ¡se la prestan las musas! Padecen una suerte de raptos teofánicos que les llevan a decir verdades y revelar bellezas.

Esta inspirada canción es pura pedagogía filosófica. Y canción protesta a la vez. Más sutil de lo que parece a simple vista: “Parece que ya empiezo a entender, las cosas importantes aquí son las cosas que están detrás de la piel…”. Qué mundo superficial y falso hemos creado. La educación está patas arriba. A decir de Einstein, sigue estudios y obedece y puedes acabar matando el alma, la curiosidad y las ganas de vivir. Fito sabe: “hay cosas que es mejor no aprender”. “Si es por esos libros, nunca aprendo…”. ¿A qué? Lo esencial: “a coger el cielo con las manos”, a reír, llorar, perder el miedo, soñar, volar…

“Empezar la casa por el tejado…”. Sí, sí, ríete de la ingenuidad de Fito, pero ¡qué gran verdad cósmica nos revela! Las cosas empiezan siempre por arriba. Nos han engañado. Nos han mentido: el cosmos, al contrario de lo que enseñan colegios y universidades, procede de arriba abajo. No brota el orden natural de la materia inerte; no deviene el ser humano de una bacteria; ni emerge la conciencia del puro azar químico… ¡Es al revés! Según antiguas tradiciones: lo Primero es la idea, el número, (el tejado), lo celeste… que se va plasmando progresivamente en las formas. “Todo es mental”, todo está organizado, dicen los textos de Hermes. Mirad las células, los cristales de agua, la geometría de las moléculas, los virus, ¡por doquier inteligencia y armonía! Es algo ya confirmado por la física cuántica.

Te agradezco esta frase: “Menos mal que fui un poco granuja, todo lo que sé me lo enseñó una bruja”. ¡Igual que Sócrates! En El banquete, hermoso texto sobre el amor, Sócrates confiesa que todo lo que sabe se lo enseñó Diótima, una sacerdotisa enigmática y desconocida; hoy la llamarían bruja. Se sabe que en la Antigüedad existían las escuelas de Misterios. Sacerdotes, magos y sacerdotisas que aprendían y enseñaban las cosas importantes de la vida: los misterios del amor, la vida y la muerte, la salud y la armonía, la conciencia, la música de las esferas…

Te corrijo una palabra: “El colegio poco me enseñó, si es por el (profe) maestro, nunca aprendo…”. Porque lo que no hay son Maestros. Profesores abundan, y no pueden hacer mucho contra este sistema, los pobres. Pero Maestros, si los hubiera a miles, sería otra historia. Maestros que eduquen sin libros ni máquinas a los niños; pedagogos que dieran ejemplo y contaran buenos cuentos. Gente conectada con las musas, como Sócrates, Diótima, Hipatia, Confucio… Y, si no, muchos filósofos como Fito, un filóso-Fito, ¡pero qué bien nos viene! Un abrazo, hermano.

Mejor en concierto:
http://www.youtube.com/watch?v=DgGOz9-KFuc&feature=fvwrel

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish