Culturas — 1 de julio de 2025 at 00:00

Patrimonio cultural inmaterial: un campo de estudio y actividad

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Patrimonio cultural inmaterial

El siglo XXI es el siglo de los festivales, grandes eventos multitudinarios en los que artistas de todo tipo y estilo se presentan en el escenario ante cientos o miles de seguidores. Esto también se ha reproducido en elementos de tipo tradicional o folclórico (aunque, como veremos, este término no es bien acogido entre todas las comunidades), donde se da una enorme recapitulación de elementos tradicionales, sean danzas, música, atuendos, poesía repentista, etc., que se llevan a la escena para disfrute de las personas que aman la tradición.

Sin embargo, muchos especialistas afirman que esta escenificación es una suerte de artificio ajeno a la naturaleza de ese patrimonio, pues pone sobre el escenario elementos que, en realidad, pertenecían a la vida cotidiana de las personas. Otros señalan que todo esto ya no tiene nada que ver con nosotros, ni con las personas que día a día transitan nuestras calles. Todos conocemos canciones infantiles, danzas, refranes, juegos, etc., que nos han trasmitido nuestros padres o abuelos, pero como algo del pasado, ajeno a nuestra cotidianidad. Facebook, Instagram, Tik Tok, X, YouTube, son un modo de transmisión que ha minimizado el traspaso entre generaciones, entre familia; para muchos, esa forma de trasmisión está herida de muerte.

No obstante, y a pesar de todo esto que comentamos, se está produciendo un fenómeno creciente de vuelta a la identidad entre determinadas comunidades. Y justo los ámbitos que conforman el PCI (Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad), que más adelante concretaremos, sintetizan esa identidad. Este es un elemento importantísimo en el momento actual, a tal punto que en muchos lugares y países del mundo ha surgido un creciente interés por la salvaguarda y puesta en valor de su patrimonio como signo distintivo de su modo de ser. Se sienten herederos gracias a las señas identitarias de la tradición recibida de sus antepasados. Necesitan conocer cómo percibían la vida y cómo la transformaban en canciones, danzas, atuendos, comida, rituales, juegos, etc. Eso les da seguridad y profundidad identitaria. Y los medios de comunicación y redes sociales son utilizados para potenciar todo esto.

Por todo lo expuesto, nos parece interesante dedicar este artículo a señalar algunas líneas y aspectos técnicos que nos permitan conocer algo más lo que está ocurriendo alrededor del patrimonio inmaterial: qué es PCI, qué entidades gubernamentales o privadas apoyan el PCI, en qué ámbitos se desarrolla y cuáles nos son especialmente afines, cuáles son los riesgos a los que está sometido, cuáles sus valores y potencialidades y qué propuestas de salvaguarda existen.

Denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial: un proceso

La denominación que adoptó la UNESCO en 2003 de «Patrimonio Cultural Inmaterial» sustituyó a las anteriores que la propia institución había empleado, y este fue un largo proceso. Su contenido y su reconocimiento aparece tras la Convención de Patrimonio Mundial de 1972, en la serie de conferencias intergubernamentales sobre políticas culturales organizadas por continentes, en las que se hicieron referencias a la «cultura espiritual», a las tradiciones, a la cultura popular. Se sucedieron durante años encuentros que subrayaban la importancia de las «artes tradicionales» y sus valores espirituales, recomendando la conservación de las tradiciones populares, así como festivales, y dando valor a la diversidad (Accra, 1975). Se realizaron inventarios de patrimonio material, así como de objetos de arte y artesanía, tradiciones orales, música, danza, ceremonias, etc. En Bogotá (1978) se subrayó la necesidad de rescate y salvaguarda del patrimonio vinculado a la identidad cultural de los pueblos, ayudando, mediante estrategias, al desarrollo económico y social. En la recomendación 31, se señalaban la música y la danza como elementos esenciales de esa identidad a promocionar. En 1989, la Conferencia General de la UNESCO da a luz un documento en el que trata de agrupar todos los contenidos anteriormente expuestos bajo el término «cultura tradicional y popular», que será tenida como antecedente expreso en la Convención de 2003, tan importante en estos momentos. Entre 1995 y 1999 va naciendo y sedimentándose la denominación intangible al par que se generaliza el rechazo hacia el término folclore (Caledonia, 1999), que albergaba connotaciones peyorativas. Era rechazado porque se lo asociaba con prácticas antiguas y triviales. Las naciones del tercer mundo no aceptaron que se designaran sus culturas con el término subordinado que en los países ricos se utilizaba para denominar a las culturas subordinadas (folclore). Ellos tenían su cultura, del mismo rango y dignidad que todos los países del mundo. Tras enormes discusiones sobre los términos a usar —«patrimonio oral», «patrimonio intangible», «formas del saber, ser y hacer», etc.—, incluso el término popular resultaba insatisfactorio para algunos congresistas, ante el trasfondo y uso corriente como globalización. No será hasta 2001 cuando la UNESCO se pronuncie decididamente sobre el rechazo del término folclore y la adopción de «Patrimonio Cultural Inmaterial», denominación que será ratificada en la declaración de Estambul de 2002. El término folclore fue desplazado por este otro, que rápidamente se fue imponiendo y albergando todo el contenido; además, con igualdad entre culturas.

Qué se considera Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI)

Según la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO en 2003, se considera PCI «los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana».

Aquí es muy importante resaltar el trasfondo inmaterial. Es un saber internalizado en los individuos y en los grupos que estos constituyen; es parte de su identidad, que se concreta y manifiesta en diferentes ámbitos culturales. Esas manifestaciones culturales son muy significativas para el colectivo, tienen un importante significado compartido, están muy arraigadas en la comunidad. Forman parte de su memoria colectiva y hay una vocación por mantenerla viva.

El PCI está vivo y se actualiza, se experimenta y rememora en tiempo presente. La comunidad portadora trata de preservarlo, transmitirlo y recrearlo de forma intergeneracional para que tenga continuidad en el futuro.

Ámbitos en los que se manifiesta el PCI

Aunque cada país tiene potestad para adecuar los ámbitos a su territorio, la Unesco establece cinco ámbitos esenciales:

* Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial.

* Artes del espectáculo (música, danza, teatro).

* Usos sociales, rituales y actos festivos.

* Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo.

* Técnicas artesanales tradicionales.

Pocos componentes del PCI se circunscriben a un único ámbito. Por ejemplo, un rito es una manifestación compleja de música, danza, plegarias, cantos, indumentaria, objetos sagrados y ritual, que expresa conocimientos sobre el ser humano, la naturaleza y el universo.

Sin embargo, para la finalidad de este trabajo, hay dos ámbitos especialmente afines:

Tradición oral

El ámbito «tradiciones y expresiones orales» abarca una inmensa variedad de formas habladas, como proverbios, adivinanzas, cuentos, canciones infantiles, leyendas, mitos, cantos y poemas épicos, sortilegios, plegarias, salmodias, canciones, representaciones dramáticas, etc. Las tradiciones y expresiones orales sirven para transmitir conocimientos, valores culturales y sociales, y la memoria colectiva.

En muchas sociedades, el cultivo de las tradiciones orales es una ocupación muy especializada y la comunidad tiene en gran estima a sus intérpretes profesionales, que considera guardianes de la memoria colectiva.

Artes del espectáculo como música, danza o teatro

Las artes del espectáculo van desde la música vocal o instrumental, la danza y el teatro hasta la pantomima, la poesía cantada y otras formas de expresión.

La música es quizás el arte del espectáculo más universal y se da en todas las sociedades, a menudo como parte integrante de otras representaciones y ámbitos del PCI, incluidos los rituales, los acontecimientos festivos y las tradiciones orales. Está presente en lo sagrado y en lo profano, y estrechamente relacionada con el trabajo o el esparcimiento. Puede contar la historia de la comunidad o ensalzar a un personaje. La música se interpreta en toda clase de ocasiones —bodas, funerales, ritos e iniciaciones, fiestas y diversiones de todo tipo— además de cumplir otras muchas funciones sociales.

Patrimonio cultural inmaterial

La danza, además de su carácter físico, sus movimientos rítmicos, pasos y ademanes, suele expresar un sentimiento o un estado de ánimo, o ilustrar un acontecimiento particular o un acto cotidiano, como ocurre con las danzas religiosas o las que representan episodios de caza y guerra.

Las representaciones teatrales tradicionales suelen combinar la actuación teatral propiamente dicha, el canto, la danza y la música, el diálogo y la narración o la declamación, pero también pueden albergar espectáculos de marionetas o pantomimas. Estas artes, sin embargo, son algo más que simples «representaciones», ya que suelen desempeñar también un papel cultural o social muy importante.

Los instrumentos, objetos, productos artesanales y espacios relacionados con las expresiones y usos culturales están incluidos en la definición de PCI. En las artes del espectáculo, esto atañe a los instrumentos musicales, las máscaras, la indumentaria y los adornos corporales utilizados en la danza, así como los decorados y accesorios utilizados en el teatro.

Indudablemente, las artesanías en cuanto a construcción de instrumentos y su uso, están también dentro de las posibles finalidades de este trabajo. Sin embargo, es fácil entrever que hay muchísimos aspectos alrededor de la música, la danza, el teatro, la repentización (como el trovo, la payada, etc.), muy interesantes para generar actividades.

Riesgos y amenazas

Si el PCI está en auge es porque existen muchos riesgos y amenazas que le afectan o que ya le han afectado hasta el punto de que hay elementos tradicionales que ya han desaparecido a causa de la falta de continuidad en la trasmisión generacional o se han vaciado de contenido debido a su excesiva «popularización» turística como elemento atractivo.

Sin embargo, siguiendo las especificaciones de la Unesco, señalaremos algunos de estos concretados en:

* La pérdida de especificidad a causa de las políticas globalizadoras, esto es, la pérdida de singularidad.

* Las dificultades en la perpetuación y transmisión del conocimiento.

* Las actuaciones descoordinadas entre administraciones y en relación con los portadores de la tradición.

* La apropiación indebida del PCI por parte de sectores que carecen de legitimidad.

* Los riesgos generados por grupos o agentes locales con intereses contrapuestos a los de la comunidad.

* La violación de los derechos de propiedad intelectual.

* La sobremercantilización.

* La singularidad frente a la representatividad, el esteticismo, la fosilización, masificación y museificación.

* Dinámicas forzadas (la teatralización y espectacularización).

Tal como hemos comentado en la introducción, todas ellas tienen que ver con la fractura entre el mundo en que nacieron y el mundo en el que vivimos.

Valores

El patrimonio cultural inmaterial es:

Tradicional, contemporáneo y viviente a un mismo tiempo: no solo incluye tradiciones heredadas del pasado, sino también usos rurales y urbanos contemporáneos.

Integrador: podemos compartir expresiones del PCI que son parecidas a las de otras culturas. Todas las manifestaciones del PCI se han transmitido de generación en generación, han evolucionado en respuesta a su entorno y contribuyen a infundirnos un sentimiento de identidad y continuidad, creando un vínculo entre el pasado y el futuro a través del presente.

Contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general.

Representativo: no se valora simplemente como un bien cultural por su exclusividad o valor excepcional. Florece en las comunidades y depende de aquellos cuyos conocimientos de las tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad, de generación en generación o a otras comunidades.

Se basa en la comunidad: es PCI si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten. Sin este reconocimiento, nadie puede decidir por ellos que una expresión o un uso determinado forma parte de su patrimonio.

Cómo salvaguardarlo

El peligro de desaparición ha sido el detonante que ha conducido a la UNESCO a poner en marcha en las últimas décadas numerosas iniciativas para proteger el PCI.

Casi cada país ha desarrollado y puesto en marcha un plan de salvaguarda de su patrimonio; incluso se han creado proyectos multinacionales que aúnan esfuerzos de varios países, dado que muchas manifestaciones son compartidas. Un ejemplo es el caso del proyecto relacionado con la música, canto y danza de comunidades afrodescendientes desarrollado en 15 países hispanoamericanos bajo la coordinación del Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL).

Cada plan incluye una serie de herramientas e instrumentos para la adecuada salvaguarda, comenzando por crear registros e inventarios donde queden reflejadas e identificadas las manifestaciones culturales inmateriales con sus datos básicos. Estos inventarios son el punto de partida para realizar una selección de las de mayor interés o riesgo.

Fomentar la investigación, promoviendo la elaboración de proyectos relativos a la identificación, difusión, promoción y transmisión de estas manifestaciones culturales inmateriales es un cauce para canalizar algunas de nuestras actividades. Existen en cada país centros de orientación relativos a estas herramientas.

Posteriormente se crean catálogos y atlas donde quedan reflejados aquellos bienes que, junto con la comunidad portadora, se consideren de especial interés identitario y cultural.

Un ejemplo es el Atlas de patrimonio creado por Andalucía (España), donde puede consultarse casi cada manifestación filtrada por provincia y/o tipo.

Posteriormente es posible desarrollar, por parte de las instituciones gubernamentales, planes especiales con acciones orientadas a la salvaguarda del PCI buscando sensibilizar a la sociedad, lograr el reconocimiento institucional, diseñando estrategias que favorezcan la difusión de los valores culturales de las manifestaciones de PCI, etc.

Algunas de estas, tras un largo proceso, son promovidas para formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Cada año se proponen muchas manifestaciones, y cada año la Unesco otorga esta distinción a algunas de ellas.

Aquí dejamos una breve lista de algunas manifestaciones inscritas en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:

Manifestación

País

El toque manual de campanas

España

La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca

Chile

El «hatajo de negritos» y «las pallitas», danzas del sur de la costa central del Perú

Perú

Música de marimba y cantos y bailes tradicionales de la región colombiana del Pacífico sur y de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas

Colombia

El mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta

México

Fest-noz: reunión festiva basada en la ejecución colectiva de danzas tradicionales de Bretaña

Francia

Conclusión

Existe un gran campo de investigación y acción alrededor del PCI.

La memoria está fracturada y, aunque la visibilidad del PCI es cada vez mayor en todo el mundo, un sano conocimiento y puesta en valor de las propias raíces es siempre positivo.

Sí, existen muchos territorios nacionalistas que lo utilizan como un elemento perturbador, como un arma de fragmentación; ya hemos hablado de los riesgos a los que está sometido el PCI. Pero no podemos olvidar… Conocer el pasado nos ayuda a proyectar el futuro.

Pero lo fundamental es lo humano. En realidad, casi todo lo que funciona en esta esfera es gracias al asociacionismo y a la dedicación de particulares enamorados de su tierra. Pero, aun así, es bueno conocer las estrategias creadas por los distintos países, así como las fórmulas que se están utilizando para preservar el PCI. Y desde luego, hemos de conocer y relacionarnos con esos enamorados, esos muchos individuos que aman su tierra y a sus gentes y que han dedicado mucho tiempo, sacrifico y esfuerzo a sacar del olvido una parte de la identidad de su tierra. Podemos ser un eslabón que engarce la tradición válida y el futuro.

Para saber más

Unesco. Patrimonio inmaterial.

El Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL)

Las listas del PCI y el Registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia.

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