Libros — 30 de septiembre de 2017 at 22:00

«Los amantes clandestinos», de Ana Cabrera Vivanco

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Los amantes clandestinos Ana Cabrera Vivanco

«Cuando salí de Cuba dejé enterrado mi corazón», dice la famosa letra, y allí se te queda cuando sufres el desarraigo que asola durante este viaje de Los amantes clandestinos . Ana Cabrera Vivanco lo conoce bien y, sin duda, este aspecto de la novela es el que cautiva aunque los sinsabores sean intensos. Porque los personajes no salen, se ven obligados a huir y las imposiciones –por mucho que sean la mejor decisión que se debe tomar– arañan el alma.

Ana Cabrera Vivanco habla de patrias, pero sobre todo, las del corazón. Las que se pierden, pero también las que se encuentran por el camino. La vida está hecha de desequilibrios para que al final, si le ponemos ganas y fe, nos apoyemos en los pilares que merecen la pena.

Miguel Alegret llora la muerte del patriarca de la familia, nacido en Cataluña, Joaquín, desde su exilio en Miami. Perdió mucho en el camino que recorre en la novela, pero consigue su principal objetivo, Eva, el amor de su vida. Por ella laten sus pasos desde que la encontrara, aunque no perteneciera a su mundo.

Los amantes clandestinos es una historia muchas veces contada de amores imposibles; de parejas separadas por un estatus social; empeñadas en sortear muros por más altos que sean. Pero lo que aporta la mayor belleza al relato, en mi humilde opinión, es el elaborado envoltorio y tan bien recreado por Ana Cabrera Vivanco en una Cuba tan exuberante como engañosa. No es mi intención entrar en debates sobre lo acertado o no del sistema político de la época en la isla. Pero cuando la gente escapa por mar jugándose la vida, está claro que el placer no está por medio. Lo vemos a diario.

Ana Cabrera Vivanco no inventa. Sabe de lo que habla. La democracia consiste en respetar todas las versiones porque cada uno vive su experiencia. Tan válida como la que pueda afirmar lo contrario.

El telón histórico que retrata entre 1930 y los años setenta es real. Me encanta el buen trabajo de ambientación que denota una intensa labor de investigación y documentación. Se detiene en detalles de todo tipo para que el lector sienta y perciba la época en todas sus dimensiones: desde un simple perfume hasta las letras eternas de los discursos de Fidel Castro.

Los amantes clandestinos es una historia de supervivencia, de lucha ante las perversiones de la política, de demostración de valores férreos como escudo ante lo despreciable, con mucha personalidad y, sobre todo, enmarcada en la gran sensibilidad de la autora.

Ana Cabrera Vivanco le hace el amor a Cuba consciente de que hasta con el amor como bandera hay que ser justos y razonables. Lo bueno de las cosas, personas y situaciones nunca podrá anular sus caras ocultas o al menos, las que se tergiversan por intereses de todo tipo donde la moralidad brilla por su ausencia.

Cortesía de «El club de lectura El Libro Durmiente» www.ellibrodurmiente.org

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