Culturas — 3 de febrero de 2013 at 10:33

La palabra

por

Un día, un pescador que acababa de echar sus redes, encontró en el mar un cráneo. Por divertirse, le preguntó:

–Dime, cráneo, ¿qué te ha traído hasta aquí?

¡Menuda sorpresa se llevó el pescador guasón cuando oyó que el cráneo le respondía!

–¡La palabra!

El pescador corrió hacia el pueblo, entró en casa de su rey y le contó lo que había visto.

–¡Un cráneo que habla! –contestó el rey–. ¿Estás seguro de lo que me cuentas?

–¡Tan seguro como que estoy delante del rey y le estoy hablando!

–¡No te confíes! –le advirtió el soberano. Si lo que me has contado es broma, despídete de tu cabeza.

Y acompañado por un gran séquito se acercó a la playa para presenciar el prodigio.

El hombre repitió su pregunta al cráneo con gran orgullo.

–Dime, cráneo, ¿qué te trajo hasta aquí?

Pero esta vez, se produjo un silencio absoluto. ¡El cráneo no soltó palabra!

Entonces el rey alzó su sable y decapitó al pescador. Luego, acompañado de su séquito regresó al pueblo.

Cuando el rey se marchó, el cráneo se dirigió a la cabeza recién cortada y le preguntó:

–Dime, ¿qué te ha traído a mi lado?

–La palabra –respondió la cabeza del pescador, desengañado.

Fábula africana

Cuento recopilado por Elena Sabidó

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