Arte — 31 de enero de 2018 at 23:00

Daniel Barenboim: una orquesta con músicos israelíes y palestinos

por
Daniel Barenboim: una orquesta con músicos israelíes y palestinos

El maestro Daniel Barenboim ha logrado lo que muchos políticos habían intentado antes y abandonaron como un sueño imposible : poner de acuerdo a israelíes, palestinos, sirios, turcos e iraníes, además de españoles, jordanos, egipcios, libaneses y muchos más. Todo ha sido posible gracias a la música, pues, como decía Cervantes, « solo la música tiene la capacidad de decir lo que calla el lenguaje » .

La música habla directamente a los sentimientos, haciendo que los corazones de los que la escuchan latan al unísono en perfecta concordia (corazón con corazón). La formación en valores que ella proporciona cuando entra a formar parte de la educación de la juventud, por muy distintos que sean sus orígenes, su religión o sus mentalidades, hace desaparecer todas las diferencias.

La idea de crear una orquesta uniendo a jóvenes músicos de Israel y Palestina, de países árabes de Oriente y Occidente enfrentados a diario, era algo increíble en 1999, pero la realidad es que tanto Daniel Barenboim como su inolvidable amigo Edward Said, que hoy le sigue ayudando desde el cielo, lo lograron desde que decidieron ponerla en práctica. Es un proyecto que ofrece a los músicos, según afirmaban ellos, la ocasión « no solo de olvidar sus diferencias, sino de comprenderse mutuamente mucho mejor. (…) Hacer música juntos les ofrece la mejor oportunidad para aprender los unos de los otros » .

El sábado, 10 de diciembre de 2016, y por segundo año consecutivo, la Orquesta West-Eastern Divan ofreció un concierto en la Sala de los Derechos Humanos de la ONU en Ginebra bajo la impresionante cúpula de estalactitas de colores que diseñó Miquel Barceló. En el programa figuraban Haydn y Mozart, dos grandes músicos del clasicismo europeo que, con un sentido emocional extraordinario, ya apuntaban el movimiento romántico. Del primero se ocupaba el iraní Kian Soltani, con una brillante interpretación del Concierto para violoncello y orquesta en do mayor Hob. VII B1 , mientras que del segundo se ofrecía la Sinfonía concertante para oboe, clarinete, trompa y fagot K. 297 , actuando como solistas la española Cristina Gómez Godoy, el palestino Jussef Eisa, la turca Zeynep Köylüoglu y la israelí Merav Goldman. Era la tercera edición de un concierto que ya se ha convertido en una tradición para celebrar cada año el Día Mundial de los Derechos Humanos.

La Orquesta West Eastern Divan 2

El comienzo de un sueño
La West – Eastern Divan Orchestra fue fundada en 1999 por Daniel Barenboim y su amigo, el fallecido escritor y pianista palestino Edward Said. Ambos se propusieron este ambicioso objetivo de unir a jóvenes que iniciaban su carrera musical en un cóctel perfecto de nacionalidades y de distintos niveles de conocimientos, y por el que ambos recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002. El prestigioso galardón les fue concedido « por su generosa y encomiable tarea a favor de la convivencia y de la paz, simbolizada en la colaboración de jóvenes músicos que, superando antagonismos históricos, fomenta el diálogo y la reflexión » .

Ante una audiencia internacional y ante los numerosos políticos y embajadores reunidos para escuchar a la joven orquesta, el maestro Barenboim reivindicó que la verdadera globalización conlleva una mayor responsabilidad para todos. Reproducimos algunas palabras de su discurso antes de dar por finalizado el concierto, dirigiéndose al público que abarrotaba la sala y a los miles de televidentes que lo siguieron desde sus casas:

« Siempre he considerado que la tolerancia es un concepto verdaderamente conflictivo. Hoy en día, se considera que describe un atributo positivo pero, de hecho, se refiere más bien a una cualidad negativa. Esta ambivalencia ya fue planteada por Goethe de manera clara en sus reflexiones, afirmando que la tolerancia, en realidad, debe ser una actitud pasajera que debe llevarnos a la apreciación. Tolerar es ofender, ya que, en última instancia, es un acto de condescendencia, mientras que la apreciación real se traduce en ver al otro como un igual. (…) Entender al otro es el fundamento mismo de la Humanidad. Necesitamos ver al otro como nuestro hermano y aceptarlo totalmente a pesar de las aparentes diferencias. Esta es la verdadera base intelectual para mejorar las relaciones entre los seres humanos. También es sobre esta base como podemos asumir nuestra responsabilidad de proteger los derechos humanos de todos. (…) Lo que han visto aquí esta noche no lo volverán a ver (…) No soy un ingenuo, sé que la música no va a resolver los problemas que aquejan al mundo, pero sí sé que es muy útil para que se produzca la primera condición para el diálogo: el poderse comunicar de igual a igual (…). La música es un diálogo simultáneo, una excelente escuela para el arte de la convivencia, porque la condición esencial para el diálogo es la igualdad, y esta en nuestra agrupación es una realidad: a veces destaca un solista y a veces otro, pero todos en la orquesta son igualmente importantes y necesarios » .

« No es una orquesta por la paz, porque para la paz en Oriente Medio hacen falta muchos otros elementos –aseguraba después el maestro a la prensa–; el objetivo es unir a jóvenes músicos de diferentes países árabes para promover la convivencia pacífica y el diálogo intercultural » .

La música como punto de unión
Esto es algo que han conseguido plenamente los integrantes de la West-Eastern Divan, una orquesta que hoy es un referente internacional en la defensa de valores como la paz y la concordia entre todos los pueblos a través del lenguaje musical. ¿Qué es lo que los mueve? Principalmente su amor por la música, que tratan de integrar en el tejido de la sociedad, convencidos de que es una herramienta educativa que ayuda, tanto a los niños como a los jóvenes y mayores, a reconocerse como seres humanos inteligentes y activos, que establece un diálogo conciliador y fructífero para el desarrollo completo y la evolución de cada uno de los que integran el conjunto. Ya lo decían los sabios de todas las tradiciones de la Antigüedad y es algo que vemos en todas las culturas. Hermann Hesse afirmaba que al leer, por ejemplo, a los viejos escritores chinos, « tropezaba por doquier con elogios a la música como una de las fuentes primarias de todo orden, costumbres, belleza y salud, y esta concepción amplia y moral de la música le fue familiar desde siempre » .

¿Por qué «West-Eastern Divan»?
El nombre de la orquesta no es original ni tampoco un producto del azar. La idea de hermanar Oriente y Occidente había nacido ya en Weimar a principios del s. XIX, cuando Goethe empezó a escribir su Divan (la palabra divan significa colección de canciones en la tradición oriental) . El poeta alemán fue uno de los primeros europeos interesados por el mundo árabe a raíz de descubrir los poemas del persa Hafiz Shinazi, con cuya lectura se sintió fascinado. La atracción hacia las culturas del este imperaba entonces en Europa, que vivía lo que vino a llamarse un «Renacimiento oriental». Esto fue lo que llevó a Goethe, a sus sesenta años y tras encontrar de manera fortuita una página del Corán, a interesarse por el estudio del idioma árabe. Pensó entonces que, como dijo Schlegel, « es en Oriente donde debemos buscar el verdadero Renacimiento » , y se dedicó a ello con verdadero ardor.

La Orquesta West Eastern Divan 3

Perdidamente enamorado por entonces de la actriz, bailarina y cantante Marianne von Willemer, Goethe empezó a escribir su Diván de Oriente y Occidente cuando tuvo que dejar de verla. Comenzaron entonces una apasionada correspondencia consistente en alusiones cifradas a los versos de Hafiz, escribiéndose poemas inspirados en su libro, que Goethe regaló a Marianne. Los dos hechos, el amor de la mujer y la revelación de los poemas del iraní, hicieron nacer la maravillosa colección de poemas West-oestlicher Divan de Goethe, publicada en 1819 y que comienza con estas palabras:
« Norte, Oeste y Sur se hacen astillas,/ los tronos se estremecen, los reinos tiemblan,/ huyamos al puro Oriente / a saborear el aire de los patriarcas » .

Weimar fue residencia de Bach, Liszt y Wagner, de Goethe y de Schiller, y también fue el lugar donde se asentó durante la Segunda Guerra Mundial el campo de concentración de Buchenwald, una ciudad que para Barenboim está íntimamente ligada con las entrañas mismas del conflicto entre el mundo árabe y el Estado de Israel. Por este motivo, Barenboim y Said decidieron llamar «West-Eastern Divan» a la orquesta que crearon con músicos israelíes, árabes y palestinos en 1999. Para ellos, el nombre de la orquesta es así una metáfora de fraternidad. El propio Barenboim señaló la coincidencia notable de que, más o menos en el mismo período del Divan de Goethe, Beethoven trabajaba en su Novena Sinfonía , soñando con la hermandad entre todos los hombres y poniendo música a la Oda a la alegría de Schiller en el último movimiento de la obra.

Goethe y su poesía
Hay un precioso poema que forma parte del Divan de Goethe titulado Gingko biloba , dedicado a las hojas de este mítico árbol que, divididas en dos, simbolizan la unión de contrarios con perfecta simetría, y que el poeta asocia a la relación de igual a igual. Envía entonces a Marianne unas hojas de gingko pegadas por él mismo al final de su poema, cuyo original y la traducción al español transcribimos:

Las hojas de este árbol, que del Oriente ha llegado a mi jardín para adornarlo,
tienen un arcano sentido que al sabio
brindan una obvia materia de reflexión:
¿Será este árbol extraño algún ser vivo
que un día en dos mitades se dividiera?
¿Serán sus hojas dos seres que tanto se comprendieron,
que fundirse en una sola decidieron?
Yo dentro de mí mismo creo haber hallado
la clave de este inquietante enigma.
¿No adivinas tú, amada mía, por mis canciones,
que soy sencillo y doble como estas hojas?

Este poema simboliza la naturaleza de todo el ciclo, que, como sabemos, inspiró la obra de Goethe a lo largo de toda su vida: la unidad en la dualidad, lo Uno y lo múltiple, la unión de contrarios, la armonía de los opuestos. Este y oeste que se combinan en perfecta conjunción, conservando sin embargo cada uno su propia esencia, como el amor del poeta y la bailarina, que a la vez contiene la felicidad y la aceptación de su pérdida.
También el filósofo alemán declaró en su día que el propósito de su « West- oestlicher Divan » era « acercar por medio de este trabajo a Oriente y Occidente, el pasado al presente y los persas a los alemanes » . La obra comprendía doce libros de poemas cuyos protagonistas son Hatem, un poeta ya maduro –Goethe contaba sesenta y cuatro años de edad cuando en 1814 conoció a Marianne–, y Suleika, una mujer mucho más joven enamorada de Hatem, que no es otra que la propia Marianne.

« De Dios es el Oriente, de Dios es el Occidente » , escribe el poeta en Talismanes , uno de los poemas más profundos del Divan que termina con estos versos:
En la respiración hay dos bendiciones:
una inspirar el aire, la otra soltarlo.
Aquella presiona, esta refresca,
tan maravillosa es la combinación de la vida.
Agradece a Dios cuando te restringe
y agradécele cuando te vuelve a colmar.

Poco después de la publicación de su West-oestlicher Divan , la obra de Goethe llegó a manos del compositor Franz Schubert, que inmediatamente decidió convertir en lieder algunos de aquellos maravillosos versos, creando así sus dos preciosas canciones de Suleika D.717 y D.720. Curiosamente, los dos poemas elegidos pertenecían a los cinco que compuso Marianne y que Goethe decidió incluir en su libro VII.

Una realidad de concordia
Pero por encima de cualquier consideración literaria está la musical. La orquesta creada por Barenboim es para muchos la quintaesencia de lo mejor de nuestro mundo globalizado, una reunión de músicos de talento excepcional. De hecho, algunos son miembros de orquestas tan prestigiosas como la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Damasco, la Filarmónica de Israel y la Sinfónica de El Cairo entre otras. El director, nacido en Argentina y que también ha adquirido las nacionalidades española, palestina e israelí, es uno de los músicos más prestigiosos y comprometidos con la sociedad actual.

Daniel Barenboim es, desde hace muchos años, un asiduo en los escenarios y auditorios de todo el mundo, no solo como director de la West-Eastern Divan, sino también como director invitado de las más importantes orquestas de la actualidad y como virtuoso pianista, actuando no solo como solista, sino también como solista-director en muchos conciertos para piano y orquesta, y como acompañante al piano de las mejores voces. El piano fue siempre su instrumento favorito y empezó a tocarlo desde muy pequeño, aprendiendo de su padre y de su madre, ambos pianistas profesionales. Debutó a los siete años en Buenos Aires con tal éxito que fue invitado por el Mozarteum de Salzburgo para continuar allí sus estudios y triunfar en su famoso festival tres años después. Sus hijos ahora, músicos como él, le reprochan que descuide esta faceta de pianista que tanto le gusta, en beneficio de la de director de orquesta, pero es tan grande su vocación pedagógica, su preocupación por la paz y la convivencia entre los distintos pueblos del mundo, por la libertad de expresión de todos ellos, que es feliz trabajando por este ideal.

« Aspiramos a la libertad e igualdad absolutas entre israelíes y palestinos, esta es la razón por la que nos empezamos a reunir para hacer música » , declararon varios miembros de la West-Eastern Divan en 2009 a los periodistas. La esencia del proyecto es demostrar que cuando en un trabajo existe un objetivo común –y hacer música juntos no cabe duda que es uno de los más bellos y gozosos trabajos que se pueden hacer en la vida–, la convivencia y el entendimiento entre personas de muy distinta procedencia, incluso de pueblos históricamente enfrentados, es posible y enriquecedor para todos.

One Comment

  1. Mª José Soto Marcos

    Por favor me podrían decir en qué número y páginas de la revista Esfinge se publicó este artículo?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish