Ciencia — 1 de mayo de 2025 at 00:00

Nikola Tesla, el genio de la electricidad

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Nikola Tesla

Conocido como «el cazador que atrapó la luz» o «el guerrero que capturó fuego del cielo», Nikola Tesla fue uno de los personajes más brillantes de todos los tiempos. Como todo gran genio, era un verdadero buscador de la verdad y gran observador de la naturaleza. Tenía como libro de cabecera el clásico chino Tao Te King, y su mayor aspiración en la vida era ayudar a la humanidad en su proceso evolutivo. En este sentido, afirmaba que «la ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad».

Comparable con grandes personajes como Arquímedes, Leonardo da Vinci o Albert Einstein, sus trabajos contribuyeron enormemente al desarrollo de la transmisión de la energía eléctrica tal como la concebimos hoy. Muy poco inclinado a los reconocimientos, se dice que en 1915 renunció a recibir un Premio Nobel por una cuestión de principios morales. Dos años más tarde aceptó recibir una medalla del AIEE (Instituto Americano de Ingenieros Electrónicos) por sus sorprendentes trabajos y aplicaciones relacionadas con el desarrollo de su teoría de corriente alterna, pero ni siquiera acudió a la ceremonia de entrega.

Tesla se atribuía a sí mismo una capacidad de visualización mental y decía haber recibido una distinción de alto lama en Tíbet. Inventó el motor de inducción eléctrico, las bobinas para el generador eléctrico de corriente alterna, bujías, alternadores y otros elementos para la producción y transmisión de energía. Sus trabajos, asimismo, son la base para el desarrollo de muchos otros elementos: la radio, el mando a distancia, los fluorescentes y la luz de neón, el radar o el láser, entre otros. Además de haber patentado más de cien inventos, se le considera el precursor de todas las redes inalámbricas, origen de la WiFi. En definitiva, fue un científico-filósofo revolucionario que desveló importantes secretos de las leyes de la naturaleza relacionados con la energía, el magnetismo, la frecuencia y la vibración.

Tesla tuvo grandes y célebres amigos, como Mark Twain, Antonin Dvorak o William Crookes. Sin embargo, fue un visionario controvertido y enigmático que terminó solo —jamás tuvo pareja— y pobre. Fue un descubridor muchas veces incomprendido, que se adelantó a su tiempo y al nuestro. Muchos le consideran el mayor inventor del siglo XX, aunque la historia oficialmente aceptada no le ha hecho justicia. Actualmente, los investigadores siguen inspirándose en su legado para desarrollar nuevos inventos y teorías. Según Tesla, «el científico no tiene por objeto un resultado inmediato. Él no espera que sus ideas avanzadas sean fácilmente aceptadas. Su deber es sentar las bases para aquellos que están por venir y señalar el camino».

Biografía

Se afirma que el nacimiento de Nikola Tesla tuvo lugar mientras se desencadenaba una gran tormenta eléctrica el 10 de julio de 1856. Nacido en el seno de una familia serbia, sus primeros años transcurrieron en un pequeño pueblo de la actual Croacia, llamado Smiljan. Su padre, Milutin Tesla, abandonó la carrera militar para convertirse en sacerdote de la Iglesia ortodoxa serbia, camino que quería que siguiera Nikola, que a duras penas pudo convencerle de que no había nacido para el sacerdocio. Su madre, Đuka Mandić, una ama de casa que no había recibido educación pero que tenía una memoria excepcional, dedicaba parte de su tiempo a desarrollar pequeños aparatos caseros. Tesla solía decir que ella era brillante, la fuente de sus capacidades intelectuales.

Estudió en Graz y Viena, y terminó su formación en Ingeniería Mecánica y Eléctrica, y también en Física en París, donde se mudó en 1882. Su asignatura favorita en la escuela eran las matemáticas. No necesitaba dibujar los problemas para resolverlos; tenía la extraordinaria habilidad de registrar en su mente todos los pasos necesarios, como si él mismo los hubiese inventado. Tesla podía visualizar una invención en su cerebro con precisión extrema, incluyendo todas las dimensiones, antes de iniciar la etapa de construcción. No solía dibujar esquemas; en lugar de eso concebía todas las ideas solo con la mente. Su gran capacidad de imaginación le hacía un ser humano realmente especial y le permitía ver más allá que la gente común.

Nikola tenía una memoria prodigiosa. En su autobiografía relató que, en ciertas ocasiones, experimentó momentos de verdadera inspiración. También que, durante su infancia, le aparecían cegadores haces de luz ante sus ojos, acompañados de visiones asociadas a una palabra o idea que le rondaba la cabeza. Otras veces, estas le daban la solución a problemas que se le habían planteado. También en ocasiones tenía reminiscencias de hechos que le habían sucedido previamente, fenómeno constante en su vida desde su infancia. Era un ávido lector; pasaba mucho tiempo leyendo y memorizando libros completos. Según él mismo, podía recitar Fausto de Goethe de memoria. Aprendió varios idiomas, lo que le permitió acceder a textos escritos en diversas lenguas. Desde la más temprana edad, Tesla armaba complejos dispositivos mecánicos con cualquier material que tuviera disponible.

Durante su juventud se dedicó tanto al estudio que su familia temió por su salud. Después de la muerte de su padre en 1879, Tesla encontró un paquete de cartas de sus profesores a su padre, advirtiéndole de que, a menos que lo sacaran de la escuela, su hijo moriría por exceso de trabajo. Su padre había intentado convencerle de que tomara los hábitos religiosos.

A lo largo de su carrera, Tesla padeció diversas enfermedades generadas por su extremada dedicación a la investigación. Pero a pesar de su debilidad física y de haber contraído malaria, Nikola completó exitosamente en tres años la carrera de ingeniero, en el Alto Gimnasio Real de Croacia. Fue durante este período cuando Tesla decidió dedicar su vida a la experimentación eléctrica. Al retornar a su hogar, sus padres le manifestaron su preocupación por su exigencia y sus pasos acelerados en el estudio. Su salud aún era débil, e insistieron nuevamente para que siguiera una carrera religiosa. En seguida, Nikola recibió otros desalientos al contraer cólera y recibir el llamamiento del ejército de su país. Tesla se desanimó al punto de perder su salud y estar al borde de la muerte. Sabía que, de sobrevivir al cólera, debía sumarse al ejército y luego continuar una carrera religiosa. Se desesperanzó y en su lecho enfermo estaba todo el tiempo malhumorado. Al percibir su verdadero compromiso con la ciencia, su padre se aceptó su decisión de seguir la carrera de ingeniería eléctrica, y usó sus influencias para evitar que su hijo cumpliera el servicio militar.

En 1875, mientras estudiaba ingeniería eléctrica en Graz, descubrió las limitaciones inherentes a los motores y generadores de corriente continua, debidas a la producción de chispas asociadas con la acción colectora. El descubrimiento de la interrupción de polaridad de corriente en un motor para resguardar el movimiento del arrollamiento inducido convenció a Tesla de la necesidad de desarrollar motores y generadores de corriente alterna que no necesitasen colectores.

Aun en contra de sus profesores, que creían imposible desarrollar motores y generadores de corriente alterna, en los años siguientes Tesla hizo caso a su intuición y se abocó a esta tarea. Después de años desarrollando su teoría, en 1882 pudo encontrar la solución al problema: consiguió usar corrientes alternas para crear un campo magnético rotatorio. Este era el concepto fundamental que necesitaba para producir un motor de corriente alterna. Para ello, creó el campo magnético rotatorio usando dos circuitos en los cuales las corrientes estaban mutuamente desfasadas. Otros ingenieros habían intentado desarrollar motores de corriente alterna usando solo un circuito, pero no podían producir una rotación continua de sus motores. Finalmente, el sistema de dos fases de Tesla eliminó la necesidad de un colector. Sin embrago, su trabajo estaba lejos de completarse. Desarrolló entonces diseños de generadores, motores, transformadores y otros dispositivos necesarios para sistemas de potencia de corriente alterna. Tesla amplió la idea del campo magnético rotatorio hasta incluir corrientes de tres, cuatro y seis fases diferentes. Tesla se traslada entonces a Budapest, donde le ofrecen un trabajo en una estación central telefónica que estaba por inaugurarse. Las capacidades matemáticas y de diseño de Tesla pronto llamaron la atención de sus supervisores. Cuando se completó la estación, él se hizo cargo de ella. Años más tarde consiguió un puesto en la Compañía Edison Continental de París, que fabricaba motores, generadores y equipamiento de iluminación para corriente continua bajo las patentes de Thomas Alva Edison.

Tesla insistía a sus compañeros en que se podían desarrollar sistemas de corriente alterna de múltiples fases, pero nadie manifestó interés por sus ideas hasta que le fue asignado un proyecto especial en Alemania. Allí tuvo tiempo —se dice que pasaba temporadas durmiendo dos horas por noche— para construir un generador y un motor de dos fases, realizando el trabajo mecánico de tolerancia sin ayuda. No hay representaciones de sus esquemas, ya que todo lo tenía en la mente. Cuando en 1883 probó por primera vez sus máquinas de corriente alterna, estas funcionaron perfectamente. Su teoría era correcta. Las habilidades de Tesla impresionaron a tal punto a Charles Batchelor, gerente y socio de Continental Edison, que le recomendó trasladarse a Nueva York para trabajar directamente con Edison. En 1884, Tesla aceptó la propuesta, vendió lo poco que tenía para comprar los billetes y partió rumbo a EE. UU. En la maleta llevaba esperanza y una carta de presentación escrita por Charles que decía: «Querido Edison: conozco a dos grandes hombres. Usted es uno de ellos, el otro es este joven».

Llegada a Estados Unidos y trabajo con Edison

Llegó a Estados Unidos con nada más que la ropa que llevaba puesta. Sin dinero, un amigo en Nueva York le proporcionó alojamiento provisionalmente hasta que pudiera mantenerse por su cuenta. La primera impresión que de Tesla tuvo Edison no fue de las mejores: el joven serbio no le caía bien. Edison, a pesar de ser un inventor prolífico, no tenía muchos estudios. Sus invenciones eran fruto de un método empírico de prueba y error, mientras que Tesla resolvía mentalmente todos los problemas técnicos, sin hacer experimentaciones. Sin embargo, la mayor discrepancia con Tesla era que Edison promovía fuertemente sistemas de potencia en corriente continua, y se oponía con firmeza al desarrollo de sistemas de corriente alterna. Tesla, por su parte, estaba íntimamente convencido de la superioridad de la corriente alterna. De todas formas, a pesar de sus diferencias, Edison acabó dando trabajo a Tesla. Ya en los primeros trabajos, Edison constató que Tesla progresaba rápidamente, a la vez que hacía valiosas contribuciones a sus inventos. Cuando Tesla sugirió que podía mejorar la eficiencia y reducir el coste de funcionamiento de las dinamos de corriente continua que fabricaba Edison, este le aseguró que si fuera capaz de lograrlo recibiría la recompensa de cincuenta mil dólares.

Durante los siguientes meses, Tesla diseñó veinticuatro nuevos tipos de dinamos. Reemplazó los imanes de campo grandes por otros más pequeños y eficientes, y agregó importantes controles automáticos. Las máquinas funcionaron como Tesla predijo, y la compañía Edison adquirió gran cantidad de nuevas patentes gracias al trabajo del serbio, demostrando ser brillante e incansable en su trabajo. Una vez alcanzado el logro de mejorar la eficiencia de las dinamos, Tesla reclamó a Edison cumplir su promesa, y la respuesta fue la siguiente: «Tesla, tú no comprendes el sentido del humor americano». Furioso, sin recibir ni un céntimo extra por su productividad, a finales de 1885 Tesla renunció a su trabajo con Edison. Al no encontrar trabajo como ingeniero, se vio obligado a trabajar como obrero, excavando zanjas para las instalaciones eléctricas de Edison para poder sobrevivir.

Cambio de suerte y reconocimiento

A principios de 1887 su suerte cambió. Fue presentado a A. K. Brown de la Western Union Telegraph Company, quien, confiando en sus capacidades, decide aportar dinero para crear la Tesla Electric Company. Esta fue la oportunidad que necesitaba para poner en marcha sus proyectos. Pronto, Tesla construyó un generador de corriente alterna de dos fases, el motor de inducción que había construido en Europa y otras máquinas que tenía en mente diseñar desde su estancia en Budapest. Una vez comprobada la eficiencia de sus sistemas de corriente alterna, se dedicó a desarrollar una serie de inventos fundamentales, cuya patente sería regularizada en 1888. En este mismo año, ya reconocido y aceptado como miembro de la Asociación de Ingenieros Eléctricos, fue invitado a ofrecer una ponencia sobre «un nuevo sistema para motores y transformadores de corriente alterna» en la AIEE de Nueva York. Por esta época, George Westinghouse, afamado inventor, reconoció las ventajas que ofrecían los sistemas de potencia en corriente alterna respecto de los de corriente continua, divisando el gran potencial comercial de los trabajos realizados por Tesla.

Los sistemas de corriente continua de Edison no podían distribuir potencia más allá de media milla del generador, debido a las excesivas caídas de voltaje producidas por la resistencia de las líneas de transmisión, mientras que los voltajes en corriente alterna se elevan en el generador usando transformadores, reduciendo así la corriente y las pérdidas en la transmisión. El resultado es un aumento sustancial del rango de distribución, con unos niveles de seguridad muy superiores. Tras la presentación en la AIEE, Tesla y Westinghouse se conocieron personalmente y este le ofreció un millón de dólares por sus patentes de corriente alterna. También lo invitó a trabajar en la sede de su empresa en Pittsburgh por un año, ofreciéndole un alto salario como asesor técnico. Tesla aceptó la oferta. Le cedió medio millón a A. K. Brown y al socio que habían financiado su trabajo. Accedió a una riqueza jamás soñada, pero surgieron problemas cuando los ingenieros de Westinghouse intentaron usar los diseños de Tesla para producir motores de fase-simple pequeños. Insatisfecho, retornó a su laboratorio de Nueva York. Ya había logrado solventarlos por sí mismo y deseaba retornar a sus proyectos. Rechazó una oferta muy lucrativa de Westinghouse para permanecer en Pittsburgh. Por este entonces, se le concedió la ciudadanía estadounidense.

En mayo de 1891 Tesla realizó la primera lectura y demostración pública de su teoría de alta-frecuencia en la AIEE. Además de producir chispas eléctricas largas con las puntas de sus dedos, creó placas eléctricas de llama y provocó que tubos de gas sellados (tubos Geissler) se encendiesen sin una conexión eléctrica directa a los mismos. La espectacular demostración, asociada a su extraordinaria exposición sobre sistemas de potencia en corriente alterna polifásicos, lo establecieron como uno de los grandes científicos de su tiempo.

En 1893, en la Convención de la Asociación Nacional de Alumbrado Eléctrico de St. Louis, Tesla demostró por primera vez la posibilidad de transmisión de energía eléctrica sin cables, y por consiguiente, de la comunicación inalámbrica, el origen de la wifi. No había cables conectados entre el transmisor y el receptor. Esto ocurrió dos años antes de que Marconi fuera a Londres con su equipamiento de telegrafía inalámbrico. Además, Tesla se dedicó a encender tubos de gas en una manera que anunciaba el desarrollo posterior de las luces de neón y las lámparas fluorescentes. En ese mismo año, tuvo un gran éxito, ya que la feria de Chicago decidió iluminarse con el sistema de corriente alterna. Tal hecho impulsaría la futura decisión de construir la central hidroeléctrica de las cataratas del Niágara con el sistema defendido por Tesla, para decepción de Edison. En ese momento, Tesla se convirtió en una verdadera celebridad. Sus servicios eran requeridos por científicos y altas autoridades de diversos países del mundo. Fue invitado a Londres y París para ofrecer sus espectaculares lecturas. Sus demostraciones, en las que tubos de gas se encendían próximos a transformadores de alta-frecuencia y alto voltaje, probaron que era posible la transmisión de energía eléctrica a cortas distancias. Gracias a la fama de Tesla, Westinghouse obtuvo el contrato para la planta de generación eléctrica en las cataratas del Niágara. En 1895 la planta comenzó a generar potencia y la línea de transmisión se completó al año siguiente. Se elevó una vez más la fama de héroe tecnológico de Tesla.

A principios de ese mismo año, logró establecer una transmisión sin cables a corta distancia. Sin embargo, en la preparación de su primera demostración pública un incendio destruyó por completo su laboratorio, su equipamiento y sus registros, perdiéndose todo el trabajo de años. A duras penas pudo reconstruir su laboratorio, y en 1897 reanudó las pruebas de transmisión inalámbrica con su transmisor y su receptor portátil. El receptor fue operado sobre un bote que navegó por el río Hudson, y demostró así la posibilidad de la transmisión inalámbrica a 25 millas de distancia.

En 1943, la Corte Suprema de los Estados Unidos estableció que el trabajo de Tesla, junto con los logros independientes de Oliver Lodge y John Stone, anticiparon el trabajo de Marconi. Como resultado, se declaró inválida la patente sobre inalámbricos que se había otorgado a Marconi en 1904. En septiembre de 1898 Tesla sorprendió al público asistente a la exhibición eléctrica llevada a cabo en el Madison Square Garden de Nueva York, al presentar el primer bote conducido por mando a distancia. Para demostrar la simplicidad de su operación, Tesla invitó a voluntarios del público a operar los controles. Su meta era vender un submarino operado de manera similar para la Armada de los Estados Unidos. Sus responsables, sin embargo, no se mostraron muy interesados. Tesla continuó con su proyecto de establecimiento de un sistema de comunicación inalámbrico, al igual que uno de distribución global de potencia eléctrica. Construyó un oscilador de alta frecuencia que generaba cuatro millones de voltios, pero las chispas que producía eran demasiado grandes y violentas para su laboratorio de Nueva York. Necesitaba más espacio, y se vio forzado a establecerse en Colorado, donde Leonard E. Curtis, un exabogado de Westinghouse asociado con la Colorado Springs Electric Company, le cedió el uso de un terreno para construir el nuevo laboratorio. En mayo de 1899 había construyó un laboratorio completo con una torre y un mástil, cubierta por una esfera de cobre de 3-pies que medía 200 pies de altura. También erigió un oscilador de alta frecuencia gigante, que Tesla bautizó como «transmisor de potencia». Este transmisor incorporó un transformador resonante diseñado para excitar la tierra eléctricamente, optimizado para una transmisión de energía inalámbrica a distancias máximas. Tras varios intentos fallidos y la destrucción de un generador de la compañía eléctrica, en enero de 1900, Tesla vuelve a Nueva York. Había gastado 100.000 dólares en tan solo ocho meses y estaba en bancarrota.

Ocaso y final de sus días

Tesla fue ridiculizado por los periodistas al llegar a Nueva York; especialmente por una declaración que habría hecho sobre la recepción de señales extraterrestres. De todas formas, durante este período, Tesla patentó diversos inventos relacionados con el uso de técnicas para la transmisión subterránea de altos voltajes. Estos inventos anticiparon los dispositivos desarrollados en la década de los setenta en todo el mundo. Necesitaba obtener dinero con urgencia para su proyecto de una torre gigante y un laboratorio en el cual planeaba establecer una comunicación mundial inalámbrica. También pensaba refinar sus planes para construir un sistema de distribución de potencia eléctrica.

Ni Westinghouse ni A. K. Brown quisieron aportar el dinero necesario. J. P. Morgan le dio dinero para construir la torre y los otros dispositivos necesarios en Wardenclyffe, Long Island, a cambio de controlar las patentes que Tesla aún conservaba. Una escalada de precios y su diseño demasiado ambicioso hicieron que no fuera posible concretar el proyecto Wardenclyffe según lo planificado. En 1906 se detuvo por completo la construcción en Wardenclyffe por la insolvencia de Tesla. El oscilador de alto voltaje ya se había completado, pero la falta de fondos le impedía probarlo. Cuando lo hizo, sin embargo, los habitantes del área que comprende Long Island y Connecticut pudieron observar los rayos en el cielo nocturno. De todos modos, jamás realizó ninguna transmisión inalámbrica desde Wardenclyffe, y tampoco pudo desarrollar su sistema de distribución de energía eléctrica. Finalmente, en 1915 Tesla tuvo que entregar Wardenclyffe a sus acreedores. A pesar del infortunio, Tesla jamás abandonó sus ideas sobre la transmisión de potencia inalámbrica para comunicaciones globales. En 1908 predijo el desarrollo de aeronaves con motores de reacción (jets) y patentó el diseño de una aeronave de despegue y aterrizaje vertical.

En la misma línea, en 1909 patentó una poderosa y ligera «turbina sin hélices». Poco antes de la demolición de la torre Wardenclyffe, Hugo Gernsback, un viejo conocido de Tesla, reanudó su relación con el inventor. Gernsback era editor de la revista The Electrical Experi-menter (El Experimentador Eléctrico), en la que se publicó una gran variedad de artículos dedicados a la tecnología eléctrica y temas relacionados. En 1919 Tesla escribió una serie en seis partes titulada «Mis inventos», que fue publicada en la revista. Entre sus ideas más fantásticas se incluyen una máquina para capturar y utilizar energía de rayos cósmicos, una técnica para establecer comunicación con otros planetas y un arma de partículas de rayos. Muchas de sus ideas eran de carácter práctico, y ocasionalmente vendía los derechos a terceros para que desarrollaran sus conceptos. Particularmente innovadores son sus diseños para un velocímetro de automóvil y una luz delantera locomotora. Con estas ventas obtenía pequeñas cantidades de dinero.

A pesar de la poca preocupación por el dinero y los problemas financieros, Tesla siempre ofrecía una imagen personal sofisticada y elegante. Hacia el final de sus días, Tesla se tornó en un ser ermitaño y excéntrico. Murió solo en una pequeña habitación de hotel el 7 de enero de 1943 a los 87 años.

En la catedral de Nueva York, donde se llevaron a cabo sus funerales, se reunieron más de dos mil personas. Arribaron tributos de notables figuras políticas y científicos de todo el mundo, incluidos tres premios Nobel. Hugo Gernsback, gran admirador suyo, mandó construir una máscara mortuoria de cobre con la imagen del sabio científico que aún se conserva en sus oficinas como un recuerdo personal. Muerto Tesla, el FBI se quedó con todas sus pertenencias y documentos. Durante muchos años sus escritos quedaron bajo secreto oficial. Actualmente, una vez desclasificados, gran parte de este material está expuesto en Belgrado, en un museo dedicado a Tesla.

Tesla fue un hombre avanzado a su tiempo. Fue incomprendido por la mayoría de sus contemporáneos y, aún hoy, muchas de sus ideas no se han podido comprender en profundidad.

Tesla dedicó su tiempo y su ingenio a mejorar las condiciones de vida de toda la humanidad. Como él mismo afirmaba: «Estoy buscando la manera de conservar la energía humana. Se trata de las formas de luz; a veces directamente como luz celestial. No la he buscado para mi propio beneficio, sino para el bien de todos. Creo que mis descubrimientos hacen la vida de la gente más fácil y más llevadera. Y canalizan a la gente hacia la espiritualidad y la moralidad». Según Tesla, «la mayoría de las personas están tan absortas en la contemplación del mundo exterior que son totalmente ajenas a lo que está pasando dentro de sí mismas».

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