Entrevistas — 31 de julio de 2014 at 22:00

Missions: el reportaje fotográfico de otra realidad

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Mediante la reciente publicación del libro fotográfico MISSIONS and world civilizations, los autores, Lorna Arroyo Jiménez y Miguel Márquez Mora, nos cuentan sus sorprendentes experiencias en India, Tailandia, Mali y Haití. Descubriremos lugares y personas que viven esa «otra realidad», y a los héroes anónimos que tratan de ayudarlos, poniéndonos en contacto con lo que realmente significa la palabra humanidad, de la cual formamos parte y que no debemos olvidar.

¿Cómo surgió la idea de estos reportajes fotográficos?

MIGUEL: En un viaje que realizábamos por la India. La queríamos fotografiar desde un enfoque diferente, y optamos por la idea de profundizar en cómo vivían y qué se estaba haciendo realmente por los más necesitados en el mundo.

¿Por qué elegisteis las organizaciones religiosas de las misiones?

LORNA: Nos facilitaron mucho las cosas y nos dejaron total independencia en nuestro trabajo.

En este libro, con más de 300 fotografías, relatáis vuestras experiencias. ¿Qué destacaríais, en lo negativo y en lo positivo?

L.: En lo negativo, fue el trato que recibían las mujeres en la India. En lo positivo, el trabajo magnífico de las personas misioneras y las lecciones que recibes de cómo salen adelante las personas que lo han perdido todo y aprenden a vivir con otras familias y sonríen. Donde creíamos que íbamos a ver víctimas, muchas veces encontramos héroes.

M.: La constante vulneración de sus derechos. Yo creía que se hacía más por ayudar a estos sectores tan necesitados, por los diversos colectivos y organizaciones del mundo.

En los países en que estuvisteis, ¿qué os sorprendió?

Missions2L.: En Haití conocimos a una mujer periodista comprometida, que creó un orfanato de 50 niños desfavorecidos, junto con una empresaria dominicana; pero lo peor fue que los propios haitianos secuestraron a la empresaria para pedir dinero por ella, y como no les dieron todo el dinero que pedían, la mataron pegándole un tiro.

M.: En la ciudad de Bamako (Mali), los Padres Blancos han levantado hospitales, dispensarios, institutos para la gente, y les enseñan un oficio. La ayuda que reciben desde afuera es muy poca.

L.: En Tailandia, las misioneras son monjas guerreras con pantalones vaqueros y zapatillas, que conducen un Pátrol por medio de la selva. Están reescribiendo la historia generacional de las niñas humildes del país, ya que lo mejor que les puede pasar es ser camareras en Bangkok, porque la prostitución es la otra salida. Ellas les enseñan el oficio textil y algunas acaban pagándose los estudios y teniendo su propia empresa.

M.: Me sorprendió el hecho de que los misioneros respetan el libre culto religioso y cada cual hace sus propias celebraciones religiosas. Se centran más en ayudar que en evangelizar.

Cuando realizabais las fotografías, ¿qué conflictos tuvisteis y cómo os veía la gente?

M.: En Mali hay racismo hacia los blancos, porque a lo largo del tiempo convertían a los lugareños en esclavos; por eso resulta muy complicado trabajar allí, aunque sepan que vas a ayudarles.

L.: Y si eres mujer blanca es mucho peor. Cuando caminaba cerca de una mezquita en Bamako, a mí me gritaban y se ponían muy violentos cuando me veían con una cámara fotográfica, porque creen que una foto les roba el alma, aunque dándoles dinero ya no les importaba tanto que les robaras el alma, tanto en India como en Mali; pero en Haití no nos pedían dinero, eran más dignos en ese aspecto.

M.: En Haití, por la catástrofe, se vivía un ambiente de rapiña y había ONG que hacían bien su trabajo, pero otros se aprovechaban de ellos. Por eso, al principio estaban reticentes con nosotros; hasta que nos conocieron, no cambió su actitud. Es una gran tragedia de una sociedad manipulada, donde sacan dinero de la pobreza de la gente.

L.: En Haití nos encontramos con un caso en el hospital de Puerto Príncipe, un lugar horroroso. La gente dejaba a sus familiares allí para que no murieran en la calle. Allí no tienen nada, ni comida, ni agua, ni médicos. En ese tipo de ambiente, un adolescente nos vio y nos llamó. Se llamaba Charles y lo que quería era que supiéramos su historia, ya que sabía que se iba a morir. No nos pidió nada a cambio, y su historia está relatada en el libro.

Cuando realizabais las fotografías, ¿cómo resolvisteis el dilema moral de retratar muchas veces el sufrimiento y cómo reaccionaba la gente?

Missions5L.: Esto lo aprendes cuando lo vives. Nosotros vamos a realizar un trabajo, pero por empatía, a mí no me gustaría que en una situación desagradable, alguien viniera con una cámara de 3000 dólares para hacerme una foto a menos de un metro de la cara. Algunas veces no pude hacer determinadas fotos, pero por otro lado, sino haces esas fotos, no puedes mostrar lo que está sucediendo, pero hay que hacerlo de la manera más respetuosa posible, hay que mostrar determinadas cosas y otras no.

M.: Eso lo compruebas cuando estás frente a ellos. Recuerdo que en Haití las personas estaban muy esperanzadas. Querían que les hicieras fotos porque pensaban que con tus fotos se iba a conocer su historia y así se les ayudaría pronto.

L.: La gente lo que quería es ser escuchada. Ellos veían la cámara de fotos como una herramienta que daría voz a sus historias. Con el lenguaje universal de la imagen podrían ser considerados en los países ricos, como ellos los llaman. Muchas veces, eran ellos los que te llamaban para poder contarte lo que les sucedía.

¿Qué problemas teníais diariamente?¿Os resultaba complicado poder seguir adelante?

M.: Los problemas van surgiendo y solucionándose sobre la marcha. Nos encontramos con accesos muy limitados. Cuando nos dirigíamos a Varanasi, fuimos atacados por una plaga enorme de langostas, de 300 km de diámetro. El vehículo que conducíamos, la carretera, no se veían, era una continua lluvia de saltamontes. Durante unas 24 horas estuvimos así, ¡no podíamos ni ir al baño!

En Tailandia nos encontramos con los monzones, de un llover sin parar. No veíamos más allá de dos metros. De repente, paraba y salía el sol; así unas dos veces al día.

L.: En las misiones en que estuvimos, nos alimentábamos de lo mismo que comían los misioneros, vivíamos y dormíamos como ellos, éramos uno más. Pasamos mucha sed y hambre. En Mali no podíamos ni dormir pensando que había que ir a por el agua a un pozo a 40 km ¡en bicicleta!

Teníamos que tener mucho cuidado con las enfermedades. Estando en Mali, se murió una misionera de malaria, y el padre Manolo me hizo vacunarme. Estaba cansada de tantas vacunas; a mí las vacunas me hacen reacción y no me sientan bien, pero la gente se moría de malaria.

M.: En Haití, un padre misionero nos ayudó a pasar la difícil frontera del país. Llevamos una maleta de 40 kg de medicamentos y ropa de niño que la llamábamos cariñosamente “la ballena”. Allí compré lápices de colores para los niños. Resultaban carísimos. Una caja de cereales cuesta ¡diez dólares!, una caja de leche vale ¡seis dólares!

L.: Principalmente, siempre llevamos medicamentos y ropas para repartirlos. En India, el conductor del tuk-tuk que nos transportaba, un día nos invitó a su casa y nos ofreció una botella “Mirinda”. Era como su champán. Entonces le regalé a uno de sus hijos mucho material escolar, y en vez de quedárselo, ¡lo repartió con los demás niños de la calle! Fue algo precioso, era un festival de generosidad.

¿Cuáles son los objetivos de la publicación de este libro?

M.: Pretendemos dar nombre y forma a estas personas que no tienen ni nombre ni forma y comunicar el trabajo que hacen los misioneros. El libro es un medio.

L.: Es una manera de ayudarles como cada uno crea conveniente, ya que hemos puesto una página con sus correos electrónicos, teléfonos y direcciones. Es un contacto directo, donde la recaudación del libro se dona a estas misiones.

Se puede adquirir el libro en la librería ÍTACA espaciocultural. C/ Catalans, 6, VALENCIA.

Y por Internet: www.itacaespaciocultural.org

Estudio fotográfico: www.photomarquez.net

GEA grupo de voluntariado: www.geaesp.org

UNESCO club heritage: www.unesco-heritage.org

YOUTUBE: Presentación del libro MISSIONS en “ÍTACA espacio cultural”: http://www.youtube.com/watch?v=X7zjhrkEbjo 

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