Naturaleza — 6 de junio de 2007 at 18:50

Energías renovables: ¿alternativa o necesidad?

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Hoy por hoy es imposible imaginar la existencia humana desligada del desarrollo económico creciente. Pensar antes en la supervivencia global del planeta y sus habitantes que en la de ficticias necesidades particulares generadas por la sociedad del consumo es algo que apenas nos planteamos. Las energías renovables son una de las columnas que sostienen este planteamiento.

A poco que nos informemos sobre cada tipo de energía, nos damos cuenta que las cosas no son, en absoluto, sencillas, y más aún si entramos en asuntos de política y rentabilidad, donde no faltan las voces que denuncian el lucro a costa de las subvenciones que el estado dedica a estos tipos de energía y a los que, enarbolando la bandera de la conciencia ecológica, parece que se dedican a hacer negocio con las cuotas de emisión de CO2 establecidas en el Protocolo de Kyoto. Y es que en nuestro mundo pocos son ya los que se escandalizan de aquellos que hacen leña del árbol caído, aunque este árbol sea el planeta en el que todos habitamos.

El problema de base, como señala Javier Esparza en uno de sus artículos, es la incapacidad de imaginar la existencia humana sobre la Tierra en otros términos que no sean los del desarrollo económico. Y es desde este punto de vista donde las nuevas energías pueden tener su papel, aunque su rentabilidad sea de otro tipo que el lucrativo, pues lo importante ahora es “invertir en futuro”.

Tipos de energía

Las energías se clasifican en primarias (recursos naturales) o secundarias (fruto de una elaboración).

– Energías primarias: son los recursos naturales obtenidos de forma directa, como, por ejemplo, la energía hidráulica, eólica, solar o geotérmica. Pero también son aquellas obtenidas de forma indirecta, por extracción, y que no precisan de un proceso de transformación para su uso energético, como el petróleo, el carbón mineral, el gas natural, etc.

– Energías secundarias: son los productos obtenidos tras una transformación o elaboración de energías primarias o naturales. El origen de este tipo de energías es siempre un centro de transformación que produce un producto listo para ser consumido. Como por ejemplo la electricidad, todos los derivados del petróleo, el gas ciudad, etc.

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Energías renovables

Este tipo de energías son siempre primarias, y si bien aún no están totalmente desarrolladas como para competir con las fuentes de energía tradicionales, como los combustibles fósiles o la energía nuclear, van poco a poco haciéndose un hueco en nuestro estilo de vida. Veamos, muy por encima, en qué consisten:

– Eólica: Son las generadas por los molinos de viento, en España están subvencionados, pero hay polémica con ellos pues no son rentables, generan poca electricidad y de forma discontinua, por no hablar del impacto visual y la muerte de aves, como los buitres, que son atrapadas por sus aspas.

– Biomasa: Es la energía proveniente del conjunto de materia orgánica renovable de origen vegetal o animal al ser transformada por medios naturales o artificiales. Ya circulan autobuses que utilizan este tipo de combustibles. Los inconvenientes principales son la gran cantidad de biomasa que se necesita para su producción y que su poder energético es mucho menor que el de los combustibles fósiles.

– Solar: Es la energía generada a través de los paneles solares, producen muy poca electricidad y es difícil de almacenar. Aunque recientemente un barco ha cruzado el Atlántico desde España hasta Nueva York movido con este tipo de energía. Recientemente el gobierno español ha impuesto su uso obligatorio en todos los edificios de nueva construcción, pero sólo para el calentamiento del agua sanitaria.

– Hidráulica: Se refiere a los pantanos que aprovechan el salto de agua para producir electricidad. El inconveniente es el tremendo impacto medioambiental que provoca en las zonas donde son construidos, además de su dependencia de las precipitaciones.

– Geotérmica: Es el aprovechamiento del calor interno de la Tierra, que unas veces surge en forma de vapor que sale a la superficie, y otras se aprovecha el aumento de la temperatura a medida que se profundiza en la corteza terrestre. El problema es que sólo es aprovechable en lugares muy concretos del planeta, la tecnología está por desarrollar, y dicen que huele a huevos podridos por el sulfuro de hidrógeno…

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Como podemos ver, no existe, por ahora, la energía renovable ideal, todas tienen ventajas e inconvenientes que hay que valorar, pero también entender que se debe invertir tiempo, esfuerzo y dinero en la investigación y desarrollo tecnológico de estos recursos, a fin de que se conviertan en verdaderas alternativas energéticas sin perjuicio para el medioambiente, y poder ver una estabilización de los niveles de contaminación y del cambio climático en el mundo. Ya hay indicios de que los gobiernos están tomándose en serio el trabajo por estas alternativas. Un ejemplo es el reciente acuerdo de la UE donde se propone que, en el año 2020, el 20% de todo el consumo proceda de las energías renovables. Iniciativas tan importantes como ésta pueden ser un precedente a la hora de plasmar propuestas que sigan el resto de los países.

 

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