Filosofía — 31 de diciembre de 2019 at 23:00

Humor estoico para mejorar tu carácter

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Humor filosofía estoica

Una sonrisa es la distancia más corta entre dos personas. ¿No hemos esbozado alguna vez, una mínima sonrisa al leer a Epicteto o a algún otro filósofo estoico? Por eso los sentimos tan cerca, tan actuales.

A veces una imagen vale más que mil palabras. Cuando vemos alguna imagen de Séneca (Córdoba, 4 a. C., Roma, 65 d. C.), es muy probable que pensemos que el filósofo cordobés era una persona atormentada, triste, amargada, con escaso sentido del humor; y esa es precisamente la imagen que tenemos de los filósofos estoicos. Pero ¿realmente podemos resumir la filosofía estoica en la resignación por todo lo que nos acontece? ¿Podemos afirmar que los filósofos estoicos eran unos hombres, siempre con caras largas y carentes de un mínimo sentido del humor?

Muchas veces confundimos la seriedad en el estudio de las enseñanzas de los grandes filósofos clásicos, con mostrar un rostro serio. Nos parece que usar palabras incomprensibles para los demás y mostrar un carácter serio y distante, sin una mínima sonrisa, da más prestigio a lo que decimos. Quizás por eso nos resulte difícil descubrir un fino sentido del humor en las enseñanzas que nos dejaron los filósofos estoicos, y nos conformamos con una lectura superficial que nos los presentan como unas personas resignadas o amargadas. Filósofos más o menos modernos, han contribuido en cierta medida a esta visión de la filosofía estoica. Por ejemplo, Nietzsche decía de ellos: «Los estoicos comen vidrio picado, sapos y culebras, para acostumbrar el estómago frente a cualquier comida que les pueda venir en la vida». Creo que, pensando así, Nietzsche no se iría de cañas con Epicteto para hablar, por ejemplo, de cómo no ser una persona atormentada.

El sentido del humor es una actitud que nos permite afrontar con entusiasmo las diversas situaciones de la vida, sobre todo las más difíciles, sin dejarnos atrapar por un espíritu derrotista. Nos puede ayudar a relativizar lo que nosotros creemos que son barreras infranqueables, dándonos valor para superar todos los obstáculos, superar nuestros miedos y, sobre todo, ayudar a mejorar la convivencia.

Las personas con sentido del humor suelen tener un alto nivel de autoestima; son auténticos especialistas en encontrar siempre la parte positiva de todo lo que les ocurre y reinterpretar los hechos de una forma positiva. Es una actitud vital interna, que la mayor parte de las veces transforma lo que ocurre a nuestro alrededor, es una actitud vibrante frente a lo cotidiano.

En todas las lenguas nos encontramos con refranes o frases de uso coloquial que reflejan muy bien esta actitud. Sirva a modo de ejemplo una frase muy común en Galicia. Es el famoso ¡malo será!, expresión optimista, casi un grito de guerra; aunque haya miles de adversidades en un momento de tu vida, siempre se puede salir adelante. Siempre. Malo será que no apruebes el examen, malo será que no mejore tu enfermedad, malo será que no encontremos aparcamiento…; esta frase fue usada hace unos años por una cadena de supermercados en Galicia, en una campaña publicitaria que tuvo mucho éxito; recomiendo ver los vídeos de esta campaña en internet. Estas dos palabras, unidas aparentemente de forma absurda, reflejan muy bien el humor estoico del que estamos hablando. No te preocupes por lo que pueda acontecerte si no depende de ti, ¡malo será!

Resulta sorprendente la capacidad que tenemos para etiquetarlo todo, personas, animales, coches, escuelas de filosofía…, y casi siempre con un desconocimiento total. Así ha ocurrido con los estoicos; nos los presentan con la etiqueta de personas tristes y resignadas con su cruel destino. Después de leer y reflexionar sobre los escritos que han llegado hasta nuestros días de los filósofos estoicos, creo que podemos encontrar en ellos el sosiego necesario para no ver oscuros nubarrones en un futuro que no depende de nosotros.

Veamos a Crisipo (281 a. C.), filósofo griego y máxima figura de la escuela estoica antigua. Se cuenta de él que murió partiéndose de risa al ver a un burro comiendo higos en su jardín; quizás venga de ahí la expresión morirse de risa.

Humor estoico para mejorar tu carácter 2

Como observa Séneca, «todas las cosas son causa para la risa o el llanto. Y como ese es el caso, es más apropiado que un hombre se ría de la vida que lamentarse por ella».

Los escritos estoicos están salpicados de un gran ingenio, aquí representado por Epicteto: «Tengo que morir. Si es ahora, bueno, entonces muero ahora; si es más tarde, entonces ahora tomaré mi almuerzo, ya que la hora para el almuerzo ha llegado, y morirme, lo atenderé más tarde». Creo que si cogiéramos la frase anterior y la pusiéramos en boca de maestros del humor como Gila o Forges, diríamos: ¡que chiste más bueno!

También nos regala este divertido consejo, muy útil para los vanidosos que persiguen honores y recompensas: «Si tanto ansías llevar una corona, ¿por qué no llevar una de rosas? Te verás aún más elegante».

Epicteto nos muestra cómo responder a la opinión de los demás sobre nosotros: «Me río de los que piensan que pueden dañarme. No saben quién soy, no saben lo que pienso, ni siquiera pueden tocar las cosas que son realmente mías y con las que vivo. Escucha a los demás, pero sigue tu propio consejo: Si se habla mal de ti y es verdad, corrígete; si es una mentira, ríete».

Séneca nos advierte sobre la vida filosófica: «Si tienes un gran deseo de alcanzar la filosofía, prepárate desde el primer momento para que se rían y burlen de ti. Debes recordar que, si te adhieres a tu propósito, esas mismas personas que al principio te ridiculizaron te admirarán después. Pero si eres conquistado por ellos, incurrirás en un doble ridículo»También nos recuerda que, en primer lugar, debemos reírnos de nosotros mismos: «Nadie es risible si se ríe de sí mismo».

El gran filósofo estoico Marco Aurelio dijo: «La alegría se encuentra en el fondo de todas las cosas, pero a cada uno le corresponde extraerla. Y la vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella».

Pero, dentro de la moderación que nos enseñan los estoicos, Epicteto nos recuerda: «No permitas que tu risa sea mucha, ni en muchas ocasiones, ni profusa. No busques la risa de los demás. Este es un signo de vanidad y se refleja mal en ti. En las partes de conversación, evita una mención frecuente y excesiva de tus propias acciones y peligros. Por muy agradable que sea para ti mencionar los riesgos que has corrido, no es del mismo agrado que otros escuchen tus aventuras. Evita, asimismo, un esfuerzo por provocar la risa. Porque este es un punto resbaladizo, que puede arrojarte a los modales vulgares y, además, puede ser capaz de disminuirte en la estima de tus conocidos». Vamos, no quieras hacerte el gracioso.

Y para concluir con esta colección de reflexiones que podría ser mucho más extensa, otra de Séneca: «Muestra una mente más grande el que no reprime su risa que el que no niega sus lágrimas».

La risa estoica no es la risa de un público que asiste a la representación teatral de una comedia; es una risa que tiene su origen en el interior del ser humano, una risa constante, sincera y vibrante como la vida. Una risa que se refleja en los ojos, y no solamente en la bella arruga que se forma en la comisura de los labios al sonreír. Cuando miramos a los ojos de una persona que refleja en su mirada esa alegría interior, percibimos algo de la condición humana que está a nuestro alcance, pero que no nos atrevemos a coger con las manos porque nos falta valor. Percibimos una profunda integridad y una invitación a ver la vida con otros ojos.

Han pasado siglos, milenios, y parece que Epicteto, Séneca o Marco Aurelio (un esclavo, un senador romano y un emperador) están a nuestro lado charlando con nosotros acerca de lo que es la vida buena; dándonos consejos para ser felices y llevar una vida digna. Con un lenguaje actual, sencillo, pero directo al corazón. Al leer a estos maestros nos damos cuenta de lo poco que ha cambiado el ser humano en miles de años. Seguimos teniendo las mismas preocupaciones.

¿Por qué nos empeñamos en inventar técnicas para mejorar nuestra vida cuanto tenemos a nuestro alcance tanta sabiduría? La filosofía estoica, la filosofía en general, es la llave que nos permite abrir una puerta que nos da acceso al conocimiento de nosotros mismos para mejorarnos, a otra forma de vivir, a la vida buena.

Bibliografía

Hadot, P. (2015). Manual para la vida feliz. Madrid, Ed. Errata Naturae.

Artículo de Arnau, j. (28 de abril de 2018). Más Séneca y menos ansiolíticos. El País.

Artículo Epicteto, el filósofo de la no preocupación. https://www.filco.es/epicteto-estoico-no-preocupacion/

Blog de Filosofía estoica: cómo la aplico (cada día) a mi ética y actitud: https://podcast.pau.ninja/

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