Historia — 1 de agosto de 2013 at 00:00

Hiram Bingham: un amanecer inca

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Todo comenzó en un viaje por Sudamérica siguiendo la ruta de Simón Bolívar. «Journal of an expedition across Venezuela and Columbia» se llamó la publicación en donde registró las incidencias de su viaje y que utilizaría en sus clases de historia de Latinoamérica en la universidad para explicarlo de manera más cercana a sus alumnos.
Es importante destacar que él fue el primer profesor de historia latinoamericana en Estados Unidos. Su afán de explorador lo impulsó a seguir las antiguas rutas de comercio entre Buenos Aires y Lima y lo relató en «Across South América», hasta que finalmente en 1911 regresó a la región de Perú, dirigiendo una expedición en busca de Vilcabamba, una de las ciudades que fue uno de los baluartes de la resistencia contra la invasión española en el siglo XVI.
Recorriendo los restos de la impresionante red de caminos incas, sus guías le relataron que en lo alto del cerro Machu Pichu existían abundantes ruinas. Aunque con dudas, pues la cantidad de mitos acerca de ciudades perdidas era innumerable y pocos de ellos ciertos, accedió a ser guiado hasta allí. Cuando llegó a la cima, pudo divisar las ruinas que, abandonadas hace siglos, yacían bajo un manto de vegetación. Asombrado, Bingham escribiría: «¿Podrán creer lo que he descubierto?», y aunque él no haya sido el primero en encontrar las ruinas, pues otros exploradores extranjeros y autóctonos ya las habían localizado, ninguno había sabido divulgar la importancia de tal descubrimiento y darle un sentido histórico y el interés arqueológico que Hiram supo mostrar.
Se despertó así un interés renovado por las culturas prehispanas del sur. Así, tras este trascendental hallazgo, Bingham tornó a Machu Pichu en 1912, 1914 y 1915 para levantar mapas topográficos y explorar detalladamente este tesoro arqueológico.
Exploradores-romanticos 2Se criticaron posteriormente sus métodos arqueológicos, como se ha criticado a todos los de esta época al no adecuarse a los métodos modernos. Sin embargo, no debemos olvidar que si no fuera por estos pioneros, quizá ningún lugar de importancia arqueológica conocido estaría, hoy por hoy, a nuestro alcance. El valor de estos precursores y lo que se involucraron en sus aventuras no tiene precio.
En las excavaciones recuperaron cerca de 220 objetos de bronce, cobre y plata, unas 555 vasijas, además de objetos de piedra y cerámica que muestran la capacidad simbólica de la cultura inca y remontan la ciudad de Machu Pichu a la edad del esplendor inca, que hoy nos sigue asombrando por sus técnicas de arquitectura, conocimientos de ciencia, medicina, arte y mística.

Fuentes:
Journal of an expedition across Venezuela and Columbia, Hiram Bingham, Edit. Kessinger 2009. ISBN-10: 1104257157

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