Naturaleza — 6 de junio de 2007 at 18:52

Los países más pobres, vertedero de la basura electrónica mundial

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La ONU, la Agencia de Protección Medioambiental, universidades de cinco continentes y empresas multinacionales se unen para solucionar el problema.

Ante la ya demostrada inminencia del cambio climático, se hace necesario tomar conciencia del peligro que supone el uso de ciertos compuestos químicos sintetizados industrialmente y que la Naturaleza no puede degradar. Pues estos compuestos no se encuentran dentro de la cadena de alimentación, o lo que es lo mismo, no existen microorganismos que los degraden. Aparece el problema cuando se acumulan en la cadena trófica, concentrándose en los seres superiores de la misma, o cuando se acumulan en el ecosistema, impidiendo su regeneración y destruyéndolo, en definitiva.

LOS CONTAMINANTES MÁS PELIGROSOS

Los principales residuos no reciclables son los metales pesados: plomo, mercurio, cromo hexavalente (VI) y cadmio. Ciertos retardantes de flama bromados, como los polibromobifenilos, y éteres de polibromodifenilos, y el tradicional PVC (policloruro de vinilo). Los metales pesados interfieren en la síntesis de ciertos aminoácidos y lípidos imprescindibles en las membranas de las neuronas, de ahí su gran toxicidad. El cromo hexavalente en medio acuoso se transforma en ión cromato, compuesto muy tóxico y dañino para los microorganismos por su alto poder oxidante.

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Por otra parte, el problema de los compuestos halógenos citados es que, en su forma orgánica -que es como se usan en la industria química- también son muy oxidantes. Influyen así en el delicado equilibrio existente entre los microorganismos encargados de la descomposición de la materia orgánica, destruyendo el sistema natural de reutilización de materiales en la Naturaleza.
Todo esto hace que estos residuos no se puedan reciclar mediante métodos tradicionales (léase naturales) y, por otra parte, su recuperación para uso industrial tiene un coste prohibitivo, lo que permite que los restos se acumulen de forma creciente. Suele suceder que los países más pobres son los que cargan con el problema, ya que se vuelven vertederos de nuestra basura tecnológica. Así, según un informe de Greenpeace, China acumula el 70% de la basura tecnológica mundial.

EL PRECIO DEL PROGRESO

Lo peor es que el uso de estos materiales está aumentando, siendo empleados, en los ordenadores portátiles y en los teléfonos móviles de última generación, como materiales protectores contra el fuego y fusionadores de chips, cuando es posible utilizar otros materiales reciclables y no tan contaminantes. Aunque la UE exige que el 95% de los materiales de empaquetamiento sean recuperables, la mayoría de las piezas se fabrican en países donde no hay despierta tanta conciencia medio ambiental, como China e India.
Aunque, afortunadamente, la tendencia está cambiando; en palabras de Jin Yong, miembro de la Academia China de Ingeniería y profesor del departamento químico de la Universidad Tsinghua: «Abogamos por un proceso productivo limpio de principio a fin. Éste es el concepto chino para una economía de reciclaje. Promovemos el desarrollo basado en lo que hemos aprendido de la naturaleza. Por ejemplo, el detergente sintético debe descomponerse pronto después de entrar en los tubos de desagüe, y los automóviles deben ser desmontados fácilmente cuando son obsoletos para poder reciclar las piezas».
Para buscar soluciones globales, el Programa de Medio Ambiente de la ONU, la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA), universidades de los cinco continentes y empresas como Dell, Microsoft, Hewlett Packard (HP) o Philips se han unido en la iniciativa «Solucionar el Problema de Basura Electrónica» (StEP, por sus siglas en inglés). En líneas generales, este programa pretende estandarizar los procesos de reciclado globales para recuperar los componentes más valiosos de la basura electrónica, extender la vida de los productos y unificar las legislaciones y políticas, otra de las reivindicaciones de las empresas productoras de productos electrónicos, como HP. Klaus Hieronymi -gestor medioambiental de HP en Europa-, en una reciente entrevista a Efe, señala que uno de los mayores problemas para el reciclado de basura electrónica es la falta de una legislación homogénea.

¿Y que puedo hacer yo?, se preguntará el lector; pues hay soluciones; en EE.UU., por ejemplo, a través de la página web de subastas eBay se ofrece a los consumidores la opción de vender o donar los ordenadores y componentes electrónicos que todavía tengan vida útil. En la llamada «Rethink Initiative» (Iniciativa Replantear) participan Intel, Apple, Gateway, Hewlett-Packard e IBM, entre otros gigantes informáticos. Si los ordenadores ya no funcionan el programa dispone de un listado de centros de reciclaje facilitado por la Silicon Valley Toxics Coalition.
En el ámbito de la UE la Fundación Bip Bip recupera desechos informáticos de empresas y particulares. Una vez recuperadas y actualizadas, las computadoras son instaladas gratuitamente, creando aulas informáticas en hogares, asociaciones y centros de acogida que solicitan participar en el proyecto.
Hay que destacar la labor de la ONG «Nuevas Tecnologías para África» que ha enviado decenas de ordenadores -recogidos gratuitamente por toda España- a proyectos en Camerún, Mauritania, Burkina Faso y Marruecos, donde han instalado aulas de informática en las escuelas. Así, de paso que evitamos generar residuos tóxicos y peligrosos, ayudamos en la alfabetización digital del resto del mundo.
Una solución que no requiere demasiado esfuerzo es llevar nuestros productos antiguos tecnológicos a un punto limpio; en estos lugares la basura se debe clasificar previamente por el propio consumidor y depositarse en el contenedor correspondiente. Una lista de los puntos limpios en España se puede consultar en la página web de la Organización de Consumidores y Usuarios, http://www.ocu.org/.

basura_electronica04.jpgPero la principal solución está en la educación integral, que haga ver al individuo que la Tierra en general, y su medio ambiente en particular no están como un decorado puesto a su servicio y que puede tratar como le apetezca, sino que forma parte de él, y que su destrucción irreversible tarde o temprano supondrá la destrucción de sí mismo. Como dice un lema muy actual en el Medioambiente y Desarrollo Humano, la Naturaleza está ¿Con los seres humanos o para los seres humanos?

 

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