Filosofía — 31 de julio de 2019 at 22:00

Experiencias de un batracio, de Extremoduro

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«Dicen que hay que conformarse con las cosas que no se pueden cambiar, que hay que tener valor para intentar cambiarlas, que sí se pueden cambiar y que hay que tener sabiduría para distinguir unas de otras. Pues a nosotros nos falla lo de la sabiduría» (Extemoduro).

Así comienza el vídeo editado en el año 2015 en el que podemos ver y escuchar una de las obras maestras de Extremoduro: https://www.youtube.com/watch?v=SHzweDITi78 .

Hablar de Extremoduro es hablar de rock transgresivo. El gran aporte del grupo, además de su calidad musical, reside en que no es solo una banda de rock, sino que sus letras poseen un gran aporte lírico, de gran calidad. El mismo Robe se define como poeta antes que roquero, aunque confiesa que «si fuera solo poeta nadie vendría a buscarme».

Canta la rana debajo del agua.

Sueña con ser una especie avanzada,

de una inteligencia superior.

Sueña con una revolución.

Y sale de un salto, volando del agua.

Sueña con ser un ser vivo con alma.

Necesitaría equilibrar

fuerzas que hay entre el bien y el mal.

Horapolo fue uno de los últimos líderes del paganismo en Egipto durante el siglo V. En su obra Hieroglyphica (tratado sobre jeroglíficos egipcios) nos explica que la rana representa al ser humano aún sin formar, el que todavía se encuentra en un estado de indecisión o de duda.

Es la gran aventura de atreverse a descubrir el misterio de uno mismo, de querer transformar nuestra vida. Podemos dar el salto o sumergirnos de nuevo en las aguas del olvido, la pasividad y el exceso de comodidad.

Pero hay que tener valor para cambiar las cosas y cambiarse a uno mismo. Valor para soñar con ser capaces de salir de nuestra charca y convertirnos en alguien diferente (sueña con una revolución), en alguien capaz de cambiar el mundo.

Y si nos falla la sabiduría, podemos empezar por acercarnos a ella a través de la filosofía. No podemos cambiar nosotros solos el rumbo de la historia, pero sí podemos cada uno de nosotros hacer un esfuerzo por cambiarnos a nosotros mismos; intentar que la balanza del bien y del mal se decante poco a poco hacia el bien. Esa es la gran revolución.

 

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