Libros — 31 de marzo de 2015 at 22:00

«La reina del sur», de Arturo Pérez Reverte

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¿Qué no se habrá dicho o escrito ya de La reina del sur? Pero las lecturas, en mi caso, no siempre llegan en el momento inmediatamente posterior a la publicación de las obras. Y este, al parecer, ha sido el momento para que la novela llegue a mi mesilla.

Teresa Mendoza , mexicana de Sinaloa, es de esas mujeres que «pertenecen» a un hombre, pero el suyo ha muerto en la primera línea de la novela, envuelto en el sórdido mundo del narcotráfico, donde los fallos no se perdonan. Y desde ese primer instante, Teresa tiene que salir pitando.

Su carrera «por patas» la lleva a España, junto al estrecho de Gibraltar donde, unida a otro hombre, Santiago, acabará siendo –tras varias etapas–la reina de esos catorce kilómetros a bordo de lanchas cargadas de droga. La Teresa aterrorizada se siente segura con él y no quiere creer que esté enamorada de él. Lo pensará después, cuando sea tarde, aunque esta mujer es como el ave fénix. Tras su estancia en la cárcel y conocer a Pati, resurgirá de sus cenizas para crecer como la espuma. Redescubre sus capacidades, esconde sus temores y se convierte en la capitana del Estrecho, creando todo un imperio con fieles e infieles a los que irá descubriendo a fuerza de experiencia y golpes.

Pérez Reverte es un gran escritor, gusten o no sus temáticas . No es el descubrimiento de la pólvora pero hay que decirlo, a pesar de que, en ocasiones, debato conmigo misma como lectora –reconozco que es una pena–, al dejarme influir por facetas de los escritores que no tienen por qué tener relación con sus obras. Y eso me ocurre con Arturo Pérez Reverte por motivos que no vienen al caso.

En esta obra demuestra queno puede dejar de ser periodista.Es el «buscador»de Teresa Mendoza, de la historia real de esta narco, que persigue y acosa con preguntas a las personas con las que estuvo relacionada Teresa, para saber la verdad. O la verdad que no sabemos si realmente es la verdadera.

En todo caso, el éxito de la novela, además de su acertada pluma, es el extenso trabajo que lleva a sus espaldas esta obra (sin duda, la envidia de quien no puede dedicarse de lleno a este hermoso oficio de escribir). La reina del sur mantuvo muy ocupado al autor, para documentarse en primera persona sobre los temas que relata. Lo ideal es vivir para saber, hablar y después, escribir con propiedad.

El duro escenario del Estrecho con las arriesgadas cuitas de los narcos a sus dos lados, las infraestructuras que manejan y organizan, sus tejemanejes fiscales, la corruptela que se extiende a su alrededor… deben describirse con seriedad y conocimiento. Si no, todo acaba siendo una película barata sobre malos, no tan malos y los escasos buenos que pululan por estos mundos.

Es tan abultado el trabajo de ambientación, que hasta el lenguaje y las expresiones mexicanas, así como de todos los puntos de los que proceden los componentes de las mafias, se convierte en un argot particular digno de resaltar.

El libro es denso, sí, tiene momentos puntuales donde para, en los que la protagonista reflexiona, medita, observa lo que tiene delante y también lo que no se ve fácilmente, cual capo de categoría, pero esos momentos están muy bien intercalados con la

dinámica y ritmo que predomina en La reina del sur y que me ha hecho devorar la historia. Devórenla también si no lo han hecho; la van a disfrutar,híjole, que diría Teresa Mendoza.

Cortesía de «El club de lectura El Libro Durmiente» www.ellibrodurmiente.org

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