Arte — 31 de enero de 2016 at 23:00

Nastagio degli Onesti

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Las tres tablas narran, en secuencia escenográfica, uno de los cuentos del Decamerón. El caballero Nastagio, desdeñado por su amada, se refugia en el bosque. En uno de sus paseos tiene una visión: una mujer desnuda es perseguida por un cazador con su jauría. Al ir a salir en su defensa, advierte que se trata de espíritus: el jinete es un amante que se suicidó al ser desdeñado por la mujer a quien persigue y que fue condenada por el hecho. Su castigo, el de ambos, es eterno: él la mata, da sus entrañas a los perros, y ella revive para huir de nuevo.

Nastagio, aleccionado por lo que ha visto, invita al bosque, donde les ofrece un banquete, a su amada y a sus familiares. En medio del ágape aparecen los espíritus, ante el espanto de los comensales; él les explica la historia, y su dama, quizá enternecida, quizá asustada, le devuelve sus favores.

La historia la narra Botticelli en cuatro tablas; tres de ellas se encuentran en El Prado y una en la colección Watney de Londres.

El paisaje crea un fondo perfecto de misterio, con el punto de fuga magistral de la bahía al fondo. Los árboles, dispuestos en escaque, crean un ambiente de laberinto, una sensación de no existir camino; el detallismo de cada elemento da una visión cinematográfica, potenciada por el movimiento de los personajes: pasad la vista rápidamente de una a otra tabla de las dos primeras y lo advertiréis.

La presencia, en el banquete, de los escudos de los Médici y de los Bini nos da la fecha: 1483 o 1487, en que fue realizada la obra por encargo para un enlace entre ambas familias.

Primera escena  Segunda escena  Tercera escena  Cuarta escena

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